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Columnistas | PUBLICADO EL 01 agosto 2020

Liminaridad

Por ALDO CIVICOaldo@aldocivico.com

Hace casi cinco meses la pandemia llegó a Colombia. Es un periodo largo, además, el hecho que estamos entrando en semanas críticas y difíciles, solo nos puede hacer sentir más incertidumbre. En estos últimos días me he refugiado en la antropología para buscar un sentido más constructivo a los que nos toca vivir. De hecho, sé por experiencia que no son las circunstancias externas lo que determina la calidad de nuestra vida, sino más bien el sentido que conferimos a los eventos. ¿Qué sentido darle entonces a esta experiencia que estamos viviendo y que nos hace sentir en una transición entre un antes y un después? ¿Cómo leer este momento histórico que nos dejará como legado una transformación que todavía no logramos definir en su totalidad? Nos encontramos en una zona liminar y en las culturas ancestrales estos momentos de la vida están marcados por ritos de pasaje, que marcan la transformación de una condición a otra, de un estado a otro, de un equilibrio viejo a uno nuevo.

El antropólogo Víctor Turner, por ejemplo, relata el rito de pasaje que viven los jóvenes adolescentes de la tribu Ndembu en Zambia cuando se vuelven adultos. Para volverse hombres tienen que separarse de su comunidad, dejando atrás al pueblo donde han vivido durante toda su vida, y entran a la selva. Es decir, ingresan a una zona liminar, donde ya no son niños, pero tampoco son adultos. Esta zona de transformación es también un campo de posibilidades, donde nuevas ideas y configuraciones pueden emerger. Durante este tiempo de transformación, los novatos aprenden las habilidades de los adultos, y viven ritos de iniciación como la circuncisión. Una vez que se han convertido en hombres, vuelven a integrarse a su comunidad. Durante el periodo en el que viven en la zona liminar su identidad se transforma. Cuando llega el momento de reunirse nuevamente con su comunidad, ya son otros. Los ritos de pasaje marcan el ciclo de la vida, y reflejan lo que también pasa en la naturaleza.

La naturaleza entra en su zona liminar cuando llega el invierno; el sueño de la naturaleza que anticipa y permite la nueva primavera. Es el letargo que cíclicamente viven algunos animales, como la serpiente, que se esconde y parece morir mientras renueva y cambia su piel. Es la semilla que muere bajo la tierra para dar vida a una planta o un árbol. Este ciclo de la naturaleza es un “dejar ir” que prepara la llegada del futuro que quiere emerger. Sugiero entonces que podemos darle un significado más positivo a lo que estamos viviendo con la pandemia del covid-19, si entendemos que también nuestras vidas, en lugar de ser simplemente una progresión lineal, son un ciclo de distintas estaciones. Hoy la humanidad ha entrado en un nuevo invierno. Estamos viviendo un periodo de transformación, una condición de liminaridad. Quizás podemos tener una mejor perspectiva si aceptamos que estamos en invierno, que siendo nada más una estación de la vida, no será necesariamente eterna; simplemente nos prepara y anticipa a la nueva primavera.

Aldo Civico

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