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Las estupideces
de los populistas
Cuando la crisis apenas mostraba los efectos iniciales en Wuhan, China, ellos seguían convencidos de que sus economías eran imperturbables y que sus ciudadanos estarían a salvo. Donald Trump, Jair Bolsonaro y Andrés Manuel López Obrador lanzaron frases de ironía e insensatez. Incluso, Boris Johnson también se desbocó antes de que la fiebre del coronavirus le fuese detectada. Desconocieron la enorme responsabilidad con sus comunidades y con el mundo.
Desde la aparición del primer caso en China, en noviembre pasado, las tasas de contagio empezaron a variar velozmente el último mes: Estados Unidos ya tiene 102 mil infectados y 1.600 muertos. El politólogo Daniel Kerner advirtió ayer con razón que Bolsonaro y López Obrador están compitiendo por ver “quién sale peor librado” de la crisis. En Brasil se cuentan un centenar de muertos y 3.500 contagios, y en México las matemáticas suman, poco a poco: 15 muertos y 750 enfermos. La curva apenas empieza su ascenso y dirá en dos semanas de la fragilidad de los sistemas de salud de esos dos gigantes de Latinoamérica.
Pero Trump, Bolsonaro y Amlo, con su estilo populista, no paran de decir idioteces. El presidente de Brasil, ante la realidad de la pandemia y sus peligros, aseguró en las últimas horas: “¿Van a morir algunos? Van a morir, lo siento. Esta es la vida, esta es la realidad”. Entre tanto, el presidente de Estados Unidos, incluso con la imagen de una Nueva York asolada por el covid-19, no deja de anunciar el levantamiento de la cuarentena para que la economía se mantenga saludable. No se requiere mucho cerebro para entender que si el virus se desborda no habrá trabajadores sanos, al tiempo que el sistema de salud estalla en pedazos. Entonces, las factorías humeantes serán solo una postal del deseo, una pintura de la necedad. Un imposible práctico.
Pero una de las actitudes que más ha sorprendido es la de los juicios arcaicos de López Obrador. De frases inconexas y decadentes. La voz de un profeta bonachón y torpe.
Las dimensiones de la pandemia del coronavirus están en el comienzo del brote. A los deseos y las oraciones los rebasan los números del tablero global de enfermos: 199 países alojan a 600 mil infectados, y contando.
Trump, Bolsonaro y Amlo deberían contagiarnos más certeza y responsabilidad, más compromiso y soluciones.
Resulta indignante y preocupa que la humanidad deba sufrir un largo rato esta enfermedad de la mano de líderes incapaces, balbucientes. Erráticos y descuidados en la lucha contra una pandemia que cambiará para siempre a la humanidad, en el Siglo XXI.