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Un libro para conocer las historias de las Vírgenes de Colombia

Nuestras Señoras (Monigote, 2025) libro del periodista bogotano Germán Izquierdo, cuenta las historias de veneración a 37 vírgenes colombianas.

  • Arriba Germán Izquierdo, autor del libro y Juan Esteban Duque, fotógrafo. Abajo la portada del libro. FOTOS Cortesía
    Arriba Germán Izquierdo, autor del libro y Juan Esteban Duque, fotógrafo. Abajo la portada del libro. FOTOS Cortesía
Daniel Rivera Marín

Editor General

hace 7 horas
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Era 1957 cuando el ciclista José Armando Alfaro volvía de una etapa de su quinta Vuelta a Colombia cuando le pidió a un volquetero que lo llevara en el remolque, pues estaba cansado para volver pedaleando. Varios kilómetros más adelante se voltearon y Alfaro terminó la columna vertebral astillada entre segmentos distintos. Sus posibilidades de volver a caminar eran pocas, sin embargo, en medio de la zozobra le prometió a la Virgen del Carmen correr una Vuelta a Colombia en su honor a cambio de su sanidad; además, se trazó subir nueve veces al santuario de Monserrate en cuanto saliera del Hospital San Rafael de Facatativa. Hizo las dos cosas, en los archivos de prensa del diario Sucesos se puede ver su fotografía con un gran escapulario que le dieron las carmelitas de Villa del Rosario en Cúcuta.

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La historia aparece, con muchos detalles, en Nuestra Señoras. Un recorrido por Colombia y sus vírgenes milagrosas (Monigote, 2025), del periodista bogotano Germán Izquierdo Manrique, con fotografía de Juan Esteban Duque. El libro de mesa, con detalles imperdible de diseño como mapas de ubicación, fotografías de fieles, barrios, pueblos y, por supuesto, las vírgenes, tiene una vocación para la mesa y la lectura rápida, como quien come un bocadill para llenarse de placer y vuelve varias veces para repetir, en este caso, de una historia sorprendente o inverosímil.

Luego de un trabajo de reportería e investigación de más de siete años, Izquierdo Manrique dice que pudo constatar cómo la virgen ha atravesado la historia de guerras y dolores de Colombia; pudo encontrar la historia de un carpintero que Almaguer, pueblo de las montañas de Nariño, salió de su casa en medio de una toma guerrillera para salvar de la iglesia el cuadro de la virgen de Las Mercedes, cuyo marco encontró destrozado y luego el reparó; o la historia de Nuestra Señora de los Dolores de Manare, venerada en Paz de Ariporo, Casanare, y que llegó hasta allí después de ser rescatada en el caserío Manare, arrasado en la violencia bipartidista; y qué decir del culto que se rinde a la Niña María de Caloto, Cauca, a quien le otorgan el milagro de repeler las tomas guerrilleras, pues hacía ver a los farianos filas de militares cuando tenían intensiones de llegar con sus bombas.

–La virgen atraviesa todas las violencias del país, ha acompañado a la gente, le ha dado fuerza –dice el periodista.

Nuestras Señoras cuenta una de esas grandes historias que guardan en su corazón los secretos de la identidad de una comunidad, en este caso de un país en el que parece que hay una virgen para cualquier necesidad; en sus páginas están las historias de 37 vírgenes que llenan de significado la existencia de millones de colombianos, algunas de ellas a travesadas de alguna ficción para poder desentrañar el mito.

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–En algún momento tuve esta idea de que necesitaba que el lector creyera el relato. Eso vino de un momento de iluminación, estaba leyendo un texto del escritor argentino César Aira donde dice que hay que creer en el relato, más allá de la categorización de si es verdad o es mentira. Cito a Samuel Coleridge, que dice que es necesario creer en la suspensión momentánea de la incredulidad.

–¿Es decir que hay invenciones en el libro?

–No, todo está documentado. Pero hay historias de vírgenes que hablan, por ejemplo, de la aparición a una niña que era muy desobediente, entonces yo le doy un nombre a esa niña y la pongo en unas circunstancias para que el lector pueda entender de qué se trata todo. Pero no es una selección azarosa y sucede pocas veces, el lector se dará cuenta; para hacerlo consulté libros de testamentos y de bautizos, de esa manera puse un nombre de la época; investigué formas de vida, nombres de fauna y flora de la región. Pero tenemos allí sobre todo crónicas, incluso vivenciales en las que yo cuenta una caminada por el páramo de Cruz Verde para llegar a una procesión en Ubaque; o cuento cómo son las fiestas de la Virgen de las Mercedes en Istmina, Chocó.

La idea le sobrevino a Izquierdo Manrique mientras leía el libro Reyes de la montaña (Semana Libros, 2016), del periodista Matt Rendell, allí encontró la historia de la virgen de Morcá (Sogamoso, Boyacá), patrona de los ciclistas.

–Al comienzo fue una experiencia como religiosa, porque Rendell dice que los ciclistas subiendo las colinas parecen santos en un momento de dolor y sacrificio, eso me pareció bello. Creo que al otro día me puse a buscar cuáles otras vírgenes había y en una búsqueda rápida me encontré varios detalles asombrosos, entonces llamé al editor de Monigote, que se llama Mauricio Gaviria, le conté de la idea, se entusiasmó; empecé a coleccionar detalles que me llevaran a las historias, como estampitas, recortes...

–¿Cuál fue la primera historia que encontró?

–Fue la historia de la virgen de Otengá, que es un pueblo de Boyacá que tiene una virgen muy famosa cuyos rasgos son muy igualitos a los de Isabel La Católica; el caso fue que se la robaron en 2007 y dije “qué verraquera conseguirse al ladrón”, y con una fuente del Inpec vi que estaba preso; vi que tenía un historial de robos fallidos. Lo visité y me contó cómo se la había robado, que llegó en un taxi con otro tipo, que eran traficantes de arte y la sacaron con ayuda de un cura. Esa crónica la cuento completamente en el libro.

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Un poco de historia aparece en el prólogo del libro, escrito por Sigrid Castañeda -jefe de la sección de Educación de los museos de Arte y Numismática del Banco de la República-: “Junto a la veneración de la Virgen de Chiquinquirá, considerada la primera y más importante advocación mariana en Colombia, surgieron muchas otras devociones marianas a lo largo del territorio. Precisamente, Nuestras Señoras aborda estas diversas manifestaciones de fe explorando cómo cada advocación ha dejado una huella en la religiosidad popular del país. Este libro no solo introduce al lector en relatos de origen y expansión de estas devociones, sino que también ofrece un análisis del universo simbólico que han construido, en el que las imágenes marianas y los relatos de milagros desempeñan un papel decisivo en la configuración de la fe en Colombia”.

Y más adelante: “Además de captar la intensidad del fervor, el libro nos sumerge en la materialidad de estas Vírgenes, de estas Señoras que hemos apropiado con la palabra nuestras: talladas en madera, vestidas con telas bordadas, plasmadas en murales o impresas en pequeñas estampitas que caben en el bolsillo. También nos muestra los paisajes que habitan estas devociones inscribiéndose en montañas ríos y pueblos donde la fe se convierte en territorio”.

Entre los momentos que revelan la fe en el lugar de la gente, y como los dioses se vuelven un tesoro propio (no el fiel como propiedad del dios), se revela cuando los que veneran se ocupan de mantener en pulcritud a la virgen.

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-La gente siente la virgen más cercana que a Dios mismo, porque usan frases donde adquieren dominio, dicen cosas como “a ella no le gusta que le cambien el vestido”, “a ella no le gusta que la pongan a mirar para allá”. En Nariño hay una virgen a la que le llaman “la parterita”, y los indígenas de Ecuador la visten con collares dorados le llaman “la parterira” porque aseguran que se va a atender los partos de las mujeres en la noche, y dicen que vuelve sucia. Un día, hablando con la que la cuida y le tiene sus vestidos, veo que para ella era normal que apareciera sucia y hasta le daba rabia, porque le tocaba ir hasta Pasto a lavar los vestido.

La Virgen, después del concilio de Éfeso, celebrado en el siglo IV D.C., tomó un lugar más cercano a los hombres, pero también se encumbró como madre de Dios mismo, no solo madre de Jesucristo. Desde entonces su rol ha sido acercar la divinidad, ayudar a los seres humanos en sus dificultades más mundanas (García Márquez recordaba que su abuela vio a la virgen apagar un fogón para que no se le quemara el pan), mientras el Padre rige el destino del mundo.

Radiografía

Presentación en Medellín

Nuestras Señoras se presentará en la Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín el jueves 18 de septiembre

a las 4:00 de la tarde; auditorio Salón del libro Infantil y Juvenil. Habrá una conversación con el autor, el periodista Germán Izquierdo Manrique.

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