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Por María Fernanda Coime G.
Politécnico Colombiano Jaime Isaza C.
Facultad de Com. Social, 5° semestre Maffer.coime@gmail.com
Palabras que suelo escuchar cuando intento explicar de dónde soy. Un municipio del departamento de Nariño, sí, existe, y para que se ubique mejor, le daré una referencia más conocida: Tumaco, Nariño, ese sí lo ha escuchado; pues déjeme decirle que no queda ni cerca, 4 horas de distancia, cruzando mar abierto en un pedazo de fibra sin techo que flota.
Desconocido, alejado de la ciudad y con poca industrialización, lo convierte en un municipio sin desarrollo. Olvidado. Eso ultimo no lo estoy inventando, es una conclusión básica que no hay que pensar demasiado ¿Por qué?, sin acueducto, sin servicios de internet, el fluido eléctrico funciona con plantas de energía que paradójicamente requieren de gasolina para su funcionamiento; un sistema de red parabólica de muy mala calidad; con algunas calles sin pavimentar y con un sistema de recolección de basuras poco efectivo, perjudicando su mayor riqueza: el aire limpio.
Sus condiciones son precarias si hablamos de salud. ¿Seguro médico? Sí, claro que existe, pero es totalmente inoperante. ¿Soy más clara? tener una edificación que no cuenta con personal suficiente y equipos necesarios, creo que deja claro mi punto. ¿Violencia? claro; es el pan de cada fin de semana. Piense en cualquier situación: muertos por celos irracionales, porque la guerrilla tiró una granada, porque debía dinero, porque le debían a él, porque a los paramilitares les da la gana, porque quiere demostrar que es un macho hecho y derecho; no hay nada que mate más en este pueblo que el deseo de demostrar hombría; ciudadanía que se quedó atrapada en el pensamiento retrógrado extremo, pero normal, son cosas que pasan en este pequeño pueblo.
Pero ni todo lo anterior se compara al parásito que lo ha estado invadiendo por años. La Corrupción, y lo mejor, tiene su propio carnaval en este pueblo, cada cuatro años compiten para ver quién tiene más estrategias de convencimiento; el bien individual es puesto por encima del colectivo: la educación, la salud, la infraestructura, el bienestar social; todo se vuelve un deseo de queja que nadie quiere solucionar. Perdón, mi intención no es dejar mal el pueblo donde me crie, es crear conciencia de su existencia y de lo fuerte que es, porque aun hoy, sobrevive bajo esas condiciones.
*Taller de Opinión es un proyecto de
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