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Columnistas | PUBLICADO EL 09 marzo 2023

La falta que nos hace

Si yo tuviera el poder de convencer a Gossaín para que regrese a los micrófonos en bien del idioma, me iría inmediatamente para Cartagena a hacerlo. Le pido que haga un enorme sacrificio por el bien de nuestra lengua.

Por Juan Gómez Martínez - redacción@elcolombiano.com.co

Recuerdo cuando Juan Gossaín, desde los micrófonos de RCN, defendía el idioma frente a los nuevos usos que aparentaban ser más elegantes, pero menos castizos; aunque ahora la Real Academia los autoriza. Era el defensor del verbo poner, ante la moda de decir colocar. Parecía más elegante este último, pero más castizo y significativo poner. Hoy, que Juan disfruta de su jubilación, escucho con dolor cómo han cambiado las cosas. En la actualidad se golpea el idioma sin tener dolientes para defenderlo.

No soy un experto en castellano, soy un ingeniero al que le duele oír cómo se martiriza nuestro idioma, me duele cuando dicen, por ejemplo, aperturar en lugar de abrir. Es un esnobismo que no entiendo, que golpea el bien hablar.

Aperturar lo utilizan los jueces cuando abren un caso. Aperturamos la investigación contra fulano de tal, en lugar de decir, hemos abierto la investigación. Siempre que oigo ese término, lamento la ausencia de nuestro gran y castizo periodista, ¡cuánta falta nos hace!

Pienso que, a este paso que vamos, en pocos años tendremos que entrar a clases de castellano para entender esos nuevos términos tan utilizados en contra de lo que aprendimos en nuestros primeros años de estudio.

Si yo tuviera el poder de convencer a Gossaín para que regrese a los micrófonos en bien del idioma, me iría inmediatamente para Cartagena a hacerlo. Pero, como no tengo tanto poder y sí tengo tanta edad como para que no pueda viajar, con esta humilde columna se lo ruego. Le pido que haga un enorme sacrificio para el bien de nuestra lengua y el de los colombianos.

Esas palabras, traídas de los cabellos, pisotean nuestro idioma. En lugar de enriquecerlo, lo están destruyendo. Volvamos por el buen decir y buen hablar, como decían nuestros mayores, dejemos ese esnobismo a un lado y defendamos el idioma que nos enseñaron.

Es tan traído de los cabellos el término aperturar, que, ahora que lo escribo, el computador me lo subraya en rojo para indicarme que ese término no existe o está mal escrito. No pretendo ser un purista del castellano, pero si me asusta que esos nuevos términos, se presten para que se siga por ese camino de términos raros y nuevos para daño del castellano.

La salvación que vislumbro es el regreso de Gossaín a los micrófonos y que otros periodistas sigamos el camino que nos trace el curtido periodista de los años pasados. No quisiera que se sacrifique abandonando su merecido descanso, pero sí sería un sacrificio que el pueblo colombiano le agradecería.

No debemos permitir que el modernismo acabe con el buen idioma que los colombianos tenemos el honor de figurar como el país que habla el mejor castellano. Me perdonará Juan, el país se lo agradecerá. .

Si quiere más información:

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