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Columnistas | PUBLICADO EL 01 diciembre 2021

¿HOY HAY PAZ?

Por alberto velásquez martínezredaccion@elcolombiano.com.co

El país conmemoró el primer lustro de la firma del acuerdo de paz con un amplio sector de los combatientes de las Farc. Vino el secretario general de la ONU. Y este, como halago a tanto besamanos, afirmó con toda ingenuidad que Colombia “cuenta con un sistema de justicia creíble”. ¿En qué país aterrizaría el señor Guterres?

Pasada la celebración cabe preguntar si el Acuerdo de La Habana está efectiva y plenamente funcionando. Porque todo parece indicar que se vienen reciclando actores del conflicto en bandas criminales que azotan a vastas regiones de la República. Y que se carece de una justicia plena para condenar, después de cinco años de vigencia, a secuestradores, violadores de niños, autores de crímenes de guerra y de lesa humanidad. ¿O cuántos de esos actores delincuenciales están procesados y cuántos condenados? ¿Se les ha dado a las víctimas y a la verdad el principal valor en el desarrollo del proceso? Lo dudamos.

Juan Manuel Santos firmó un Acuerdo de paz con “Timochenko”. A cinco años de su vigencia, los resultados dejan un sabor agridulce. Hay interpretaciones del balance de beneficios y perjuicios con saldos discutibles. Y se destapan ollas como la que acaba de abrir el mismo Santos al insistir que de 50 puntos discutidos con los ganadores del plebiscito que se oponían al Acuerdo, 48 fueron aceptados. ¿Cuáles dos fueron los rechazados? ¿No aceptaron los perdedores borrar la creación de la JEP y el otorgamiento gratuito de curules a los autores de crímenes de lesa humanidad? ¿Se dejaron engañar los ganadores del plebiscito aceptando lo adjetivo y dejándose meter de contrabando las gabelas para las Farc? ¿Será cierto lo que dice Santos? ¿O resultó tan ingenua la tropa contraparte del cazurro presidente para dejarse tumbar? Sería bueno para la historia, conocer cuáles fueron esos dos puntos, material indispensable para evaluar la viveza de unos o la candidez de los otros.

El general Mora Rangel –negociador del pasado gobierno en La Habana– dice todo lo contrario de lo que sostiene Santos. En su reciente libro, el militar en retiro expresa que “con la pérdida del plebiscito y el triunfo del No, la renegociación finalmente no incluyó las propuestas y los argumentos de quien obtuvo la victoria”. ¿Entonces en qué quedamos? Santos dice que sí y Mora, excomandante general de las Fuerzas Militares, dice que no. Aquel trata a este de chismoso, de mentiroso, de resentido. ¿Quién dice la verdad, en un país de políticos mentirosos?

Muchos territorios, por ausencia de Estado, permanecen en manos de bandas criminales y subversivas. El país está lejos de lograr la paz. Es bien difícil lograrla mientras no se diga toda la verdad. Las Farc, como lo sostuvo el presidente Duque, “no han aportado de manera clara a la reparación de sus víctimas, no han entregado la verdad sobre su relación con el narcotráfico y no han aportado lo necesario para la verdad sobre el reclutamiento de menores, la desaparición y el desplazamiento”. Siguen sus silencios y sus mentiras. Y sobre estas bases no se construye una paz sólida y definitiva.

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