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Columnistas | PUBLICADO EL 27 enero 2021

Hablar menos y pedalear más...

Por Luis Enrique Murillo Arango

jotaran@une.net.co

La primera pregunta de una lista de chequeo que debe hacerse cada ciudadano, antes de desplazarse de un lugar a otro dentro de la ciudad debería ser: ¿puedo ir caminando? En caso de respuesta negativa, la segunda pregunta sería, ¿puedo ir en bicicleta? Si todavía no se contesta afirmativamente entonces seguiría, ¿puedo usar el transporte público? Utilizar vehículos particulares sería la última opción.

En Medellín se ha venido rescatando poco a poco el espacio para los peatones, esos son los primeros a quienes hay que entregar seguridad y comodidad, lo natural y por lo tanto saludable, es caminar; hace parte de nuestra esencia humana. Además está la oferta de ciclorrutas, que forma una red a través de la ciudad y que viene creciendo, con la posibilidad de prestar y alquilar bicicletas públicas o particulares, algunas asistidas eléctricamente. Finalmente, el sistema de transporte público va bien, con proyección, la integración de metro, buses, cables, tranvías, cada vez va adaptándose mejor tanto como el uso de energía más limpia.

Sobre el tema de la contaminación ambiental en nuestra ciudad, hay mucha información, por ejemplo, se sabe que las fuentes móviles, o sea los automóviles y motos, movidos con la energía de combustibles derivados del petróleo, son responsables por lo menos del 85 % de las emisiones malsanas. Se ha cuantificado la cantidad de partículas que se entregan al aire, así como el desfile de elementos químicos dañinos para la salud, que se quedan flotando.

Al centro de Medellín se puede llegar mediante todos los medios mencionados, pero la comodidad de un vehículo particular es relativa, hay que encontrar estacionamiento, el desplazamiento puede ser pesado y estresante, además de la emisión constante de gases nocivos. Personalmente he hecho el ejercicio de medir los tiempo de transporte entre algunos puntos de la ciudad que recorro con frecuencia, como entre Belén, Guayabal, Centro, Universidades, los cuales toman entre 20 y 30 minutos, contando el estacionamiento. Pues en bicicleta con asistencia eléctrica, el tiempo es bastante similar y en ocasiones menor. Descubrir el centro en bicicleta es también encontrar el ciudadano que uno es, con actitud de observador desprevenido saltarán a la vista tesoros históricos y culturales que los afanes de un vehículo a motor no permiten.

Los peatones, los ciclistas, los viajeros del sistema de transporte público y la administración de la ciudad, tenemos la responsabilidad de hacer uso creciente y apropiado de estos medios. De esta manera seguiremos construyendo nuestra ciudad que merecemos, quejándonos menos, caminando y pedaleando más

Si quiere más información:

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