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Columnistas | PUBLICADO EL 30 abril 2023

Extranjero rima con parcero

No podemos permitir que hagan carrera los discursos de odio, xenofobia y maltrato a extranjeros.

  • Extranjero rima con parcero
  • Extranjero rima con parcero
Por David Escobar Arango* - david.escobar@comfama.com.co

Querido Gabriel,

Gentrifier, go home, sale en algunos avisos (corrijo la mala ortografía del original). Medellín no está en venta, dicen otros. Estas son las reacciones negativas, comprensibles pero inaceptables, de políticos populistas, ciudadanos asustados y personas empecinadas en ver el problema en cada buena noticia, el desastre detrás de todo progreso. ¿Qué tal si conversamos sobre las causas del actual fenómeno local de internacionalización turística y de los servicios digitales y creativos? ¿Analizamos las oportunidades, le damos contexto histórico al asunto y nos ponemos manos a la obra para sacar lo mejor de este momento que, de paso, soñamos por tantas décadas, el de una ciudad conectada globalmente?

Primero hay que comprender el pasado. En los 90 fuimos una ciudad paria, a la que nadie quería venir, el narcotráfico nos arrodilló y nos puso en el mapa de los lugares recomendados para no visitar en el mundo. Las balas y las bombas estuvieron a punto de acabar con cualquier asomo de esperanza. Traer a Medellín a un líder global, un artista o un periodista era casi imposible.

Fueron pocos los que se atrevieron a imaginar un futuro en el cual la ciudad pudiera ser reconocida más allá de ser sede de un cartel de la droga. Inexmoda y sus ferias, para señalar el más notorio ejemplo, a punta de creatividad y con una tozudez extraordinaria, abrieron una ventana por la que el mundo nos pudo ver, finalmente, con nuestra mejor cara. La transformación urbana y social jalonada por varios alcaldes y la creación de la Agencia de cooperación, el Bureau y Plaza Mayor, de la mano de la Cámara de Comercio, catalizaron el cambio.

Sin embargo, como en todo proceso de transformación, más allá de lo planeado, ha sido igual o más relevante lo que ha emergido de la iniciativa privada, de los artistas y los emprendedores. A partir de los más resilientes jóvenes de nuestros barrios ha surgido la capital mundial del reguetón; las empresas de software se comienzan a expandir y la ciudad industrial le abrió espacio a la creativa: proliferan las consultoras, las empresas de videojuegos, las productoras y las editoriales.

Medellín es cool gracias, en parte, al clima y la naturaleza de los Andes tropicales, a su gente amable y hospitalaria. Ahora, el misterio está por resolver del todo, se volvió más atractiva aún y lo podemos aprovechar para aprender idiomas, atraer talento e inversión, conectar e incorporar otras culturas y generar empleo. Por eso, no podemos permitir que hagan carrera los discursos de odio, xenofobia y maltrato a extranjeros. “Extranjero rima con parcero”, dijo un amigo esta semana.

A nuestra ciudad llegan cada mes miles de nómadas digitales; en los bares de todo el mundo se corea el nombre de nuestra ciudad varias veces por noche; los negocios de Airbnb en Antioquia superan los 90 millones de dólares por año. Sin perder de vista los grandes desafíos sociales, de hábitat y de seguridad que trae este fenómeno, reconozcamos que la ciudad a la que nadie quería venir se ha vuelto una de las más atractivas del mundo y, sin dudas, la más popular de América Latina. ¿Qué haremos ante esto? ¿Asustarnos, odiar al que nos admira y quiere hacer su vida y sus negocios por acá? ¿O seremos capaces de abrazar, comprender, adaptarnos y capitalizarlo? .

* Director de Comfama

David Escobar Arango

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