Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6
El 22 de octubre murió en Lima (Perú) el sacerdote peruano Gustavo Gutiérrez, el teólogo latinoamericano creador de la Teología de la Liberación. Tenía 96 años y una vida llena de logros y satisfacciones, como también de rechazos y condenaciones.
Por Ernesto Ochoa Moreno - ochoaernesto18@gmail.com
El pasado 22 de octubre murió en Lima (Perú) el sacerdote peruano Gustavo Gutiérrez, el teólogo latinoamericano creador de la Teología de la Liberación. Tenía 96 años y una vida llena de logros y satisfacciones, como también de rechazos y condenaciones. Gran teólogo y pastor incansable, su nombre se asocia con un momento estelar y polémico de la Iglesia católica del continente. América Latina, sus pobres y marginados, gracias a los planteamientos de Gustavo Gutiérrez, adquirieron un lugar en la reflexión teológica postconciliar del catolicismo.
Gustavo Gutiérrez Merino nació en Lima el 8 de junio de 1928, en el seno de una familia de clase media de la capital peruana. Apenas saliendo de la infancia fue sufrió por una osteomielitis que le afectó la movilidad, pasando largo tiempo en la cama y usando silla de rueda durante un largo espacio de su juventud. La enfermedad le propició una juventud entre libros y actividades intelectuales, que lo llevó tanto a iniciar estudios de medicina y humanidades como a definir su vocación sacerdotal. Fue ordenado sacerdote en 1959, viajando luego a estudiar Filosofía en Bélgica en la Universidad de Lovaina y luego Teología de en la Universidad de Lyon.
Vive de lleno el Concilio Vaticano II (1962-1965), una época que deja huella en su vida y en su formación sacerdotal. La Conferencia del Celam de Medellín, en 1968, marca un momento estelar en el catolicismo latinoamericano. En 1971 apareció su libro más famoso “Teología de la Liberación- perspectivas”, que dio origen a todo lo que trajo consigo las tesis planteadas por Gutiérrez.
De la larga lista de libros publicados, unos 30, vale la pena recordar “La fuerza histórica de lo pobres” (1979) y “¿Dónde dormían los pobres?”, que recuerde. En 2002 compartió, junto al famoso periodista polaco Ryzard Kapuschinki el premio Príncipe de Asturias de Comunicación.
Para abreviar una noticia biográfica que merecería más espacio, es bueno recordar que el padre Gustavo Gutiérrez, en el año de 1998, dejando atrás su pertenencia al clero diocesano, ingresó a la Orden Dominicana, cuyo hábito blanco vistió a la hora de ser sepultado. Como buen pobre, el padre de la Teología de la liberación hizo siempre gala de humildad, que es otro síntoma de la “opción preferencial por los pobres” que está en la base de la liberación, de toda liberación.
Habrá que seguir hablando de este cura rebelde peruano que para unos iluminó a muchos y, para otros tanto escandalizó por una mal entendida cercanía de la Teología de la Liberación con el marxismo. De eso hablaremos, si Dios nos da vida.