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Columnistas | PUBLICADO EL 07 diciembre 2020

Encendamos la esperanza, apaguemos la pólvora

Por Federico Gutiérrez Zuluaga@FicoGutierrez

Comenzó diciembre, un mes esperado por todos los colombianos para compartir en familia y fortalecer los vínculos de amistad. Es un tiempo de alegría, de encuentros y de regalos; pero sobre todo, el momento oportuno para sacar lo mejor que somos, para ser solidarios unos con otros y reflexionar sobre un año de pandemia, crisis y cambios inesperados.

Paradójicamente, este mes de encuentro familiar y comunitario representa un gran reto para la institucionalidad en materia de convivencia ciudadana por cuenta del aumento del consumo de alcohol, la utilización irresponsable de pólvora, el exceso de ruido, los accidentes viales y las riñas callejeras, que son situaciones particularmente alarmantes durante este periodo. Tenemos además un reto adicional y es el de seguir cumpliendo con las medidas de bioseguridad para prevenir el contagio masivo de Covid-19.

Entre todos estos desafíos, quiero llamar especialmente la atención sobre el uso irresponsable de pólvora que ha producido tragedias lamentables en muchos hogares colombianos, dejando consecuencias irreversibles principalmente en los niños y niñas que deberían ser los primeros en disfrutar esta época de una manera tranquila, contando con su hogar y comunidad como el primer entorno protector de sus derechos. Los expertos de la salud confirman a diario los efectos negativos que tiene la pólvora en la vida de los seres humanos, en la calidad del aire y en la conservación de especies de fauna doméstica y silvestre que sufren el ruido excesivo que generan los explosivos.

Según cifras del Ministerio de Salud, con corte al 4 de diciembre de 2020, apenas iniciando las festividades del mes ya se registran en todo el país 20 lesionados por pólvora, de los cuales 8 corresponden a Antioquia, y de esos 5 son de Medellín. Quiere decir que nuestra región, a pesar de haber tenido una leve disminución, ocupa ya el primer puesto a nivel nacional con el 40 % de los casos de personas quemadas con pólvora. Esto ha prendido las alarmas y generado una gran preocupación en el Hospital Universitario San Vicente Fundación en donde las camas del pabellón de lesionados por este explosivo y por líquidos calientes, ya se encuentran ocupadas con 17 adultos y 16 menores.

Debemos recordar, precisamente para no volver a repetirlo, que en el mes de diciembre de 2019 hubo un total de 770 colombianos quemados, 325 de ellos entre el 31 de diciembre y el 1 de enero de 2020. Estas alarmantes cifras deben llevarnos a tomar medidas de prevención inmediatas, por eso invito a todas las familias colombianas a que celebremos las fiestas de Navidad y año nuevo con la alegría que siempre nos caracteriza, pero de manera responsable, evitando el uso de la pólvora y de cualquier tipo de artefacto explosivo que pueda poner en riesgo la vida y la salud de seres queridos, amigos y vecinos con quienes debemos compartir desde el cuidado y el respeto que todos merecemos.

De manera muy especial hago un llamado a la protección de los niños y niñas que son los que requieren mayor cuidado frente al uso indebido de la pólvora y a otras prácticas imprudentes por parte de los adultos. Nuestros menores merecen vivir una navidad llena de amor, felicidad y confianza en quienes los rodean.

Que las únicas luces que se enciendan durante este mes, sean las tradicionales velitas y los alumbrados que embellecen todos los pueblos y ciudades de nuestro país; que asumamos como sociedad el reto de apagar la pólvora y encender la esperanza en nuestros corazones; y que este diciembre sea la oportunidad perfecta para demostrar que la vida ha recobrado el valor que jamás puede volver a perderse entre nosotros.

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