viernes
0 y 6
0 y 6
En distintos proyectos de reforma electoral y política se ha propuesto al Congreso de la República la implantación en Colombia del voto electrónico, porque se considera que proporciona mayor accesibilidad al votante, facilita la democracia directa, aumenta la participación y acelera el conteo de los votos y el conocimiento del resultado. Se busca con ello aprovechar los enormes avances de la tecnología y extenderlos a la democracia, pues su aplicación ha sido exitosa en la economía, la estadística, la educación e incluso la medicina.
Para ello, las votaciones populares se harían mediante el computador que los ciudadanos tengan en sus casas. Desaparecerían las papeletas o tarjetones electorales, las urnas para depositar los votos, los sitios de votación, los jurados y los escrutadores. Los votantes ejercerían su derecho al voto desde su computador, haciendo clic con el ratón sobre el icono correspondiente y luego un dispositivo electrónico entregaría los resultados al momento de terminar el tiempo correspondiente para votar.
No obstante estas enormes ventajas y beneficios, la tecnología implica riesgos, inseguridades e incertidumbre, pues la red está expuesta a un peligro gravísimo, el de ser bloqueada. Además, en la operación de herramientas digitales se observa que la acción de hackers permite el ingreso no autorizado al sistema operativo que posibilita modalidades de estafa, suplantación, robo de datos por internet, robos en línea a bancos y entidades financieras; igualmente, debe resaltarse que la informática no está libre de virus electrónicos que infectan los computadores y les impiden operar, alteran sus programas, borran su memoria e inhabilitan el hardware, a lo que debe agregarse que no hay cura definitiva para los virus que aparecen periódicamente. También es factible el fraude electrónico en elecciones por medio de las máquinas de votación y la manipulación del software.
El estudio serio de esta propuesta exige mirar el panorama mundial sobre esta modalidad de voto y ver el resultado en los países que lo han experimentado. En la actualidad tienen voto electrónico solo 9 países: Bélgica, Brasil, Bulgaria, Estados Unidos, Emiratos Árabes, Estonia, Filipinas, India y Venezuela; está en estudio su implementación en 19 países, entre otros, Colombia, Argentina, Francia, Italia y Rusia. Después de haberlo implantado está prohibido o suspendida su utilización en Alemania, Finlandia, Irlanda, Kazajistán, Noruega, Países Bajos y el Reino Unido, 7 en total.
Estos 7 países han utilizado el voto electrónico en elecciones generales y actualmente lo prohiben por varias razones como que la seguridad y las garantías que brinda son insuficientes, da pie a sospechar sobre falsificaciones, el software es vulnerable y permite ciberataques, falta verificabilidad, fiabilidad y no asegura el secreto electoral, no contribuyó como se creyó en un principio a aumentar la participación ciudadana, ofrece potencial para que las elecciones sean hackeadas, no permite fiscalización del proceso y no garantiza una votación secreta y un control democrático del cómputo. Como por esas razones la seguridad del voto no está debidamente garantizada, estos países se vieron obligados, después de experimentarlo, a rechazar la utilización del voto electrónico.
En suma, de los 183 Estados miembros de las Naciones Unidas 9 lo utilizan, en 7 hoy está legalmente prohibido o paralizado, esto es, que ya no lo aplican, y 17 estudian la viabilidad y conveniencia de emplearlo, datos que demuestran que el voto electrónico no ha tenido mayor penetración ni aceptación en los distintos países ni en sus democracias.