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Columnistas | PUBLICADO EL 12 mayo 2020

El riesgo de echar para atrás

Rocío Arango Giraldoarangogira ldo@gmail.com@RocArangoG

Me parece que uno de los verbos más egoístas que he escuchado en estos días, es el de “reinventar”, como persona, como organización o como país. En cualquiera de sus conjugaciones me parece egoísta. Yo entiendo el llamado a la reflexión y a volvernos a pensar cómo llevamos la vida. Sin lugar a dudas, no podemos perder la lección que nos deja el coronavirus. Pero me parece egoísta, no todo el mundo puede darse el lujo de reflexionar frente a lo que está sucediendo. También es cierto que la actual pandemia conlleva una serie de trampas sociales y económicas en las cuales no se puede volver a caer.

Abran sus oídos a lo que les voy a contar:

Según la Cepal, los esfuerzos realizados durante los últimos 20 años en política social por parte de Colombia y otros países latinoamericanos, pueden echarse a perder de cuenta del coronavirus. Esto implica que cerca del 30 o 40 % que hoy está en la base de la pirámide socioeconómica de la población latinoamericana, está en riesgo de caminar hacia atrás y volver a la condición de pobreza.

¿Por qué?

Para moverse en la pirámide socioeconómica, o sea moverse entre ser rico y ser pobre, con sus pisos intermedios, son tres los elementos que definen la movilidad social de las personas: el más importante es la educación. Veamos: “el 44 % de los latinoamericanos no tiene acceso a la red, en Colombia la penetración del internet llegó al 61,4 % de la población”. ¿Qué va a pasar con el 49 % que no puede asistir a clases virtuales? En el lado positivo de esta estadística están las familias que sólo tienen un computador para todos: para que los niños y jóvenes estudien y los adultos trabajen de forma remota, ¿A qué hora se supone que alguien va a poder estudiar?

El segundo gran motor de la movilidad socioeconómica, es la salud. Si estamos hablando de “14 millones de personas que habían logrado establecer una fuente de ingreso como profesionales independientes, emprendedores o informales”. Por otra parte sabemos que el 80 % de esta población hace pertenece a la economía informal, por lo que el acceso a la salud y una pensión no están garantizadas. ¿Cómo garantizamos el bienestar y el acceso a la salud?

El tercer motor es el empleo formal y digno. Lo que requiere de un tejido empresarial con la fortaleza en edad, oportunidades de empleo bien remuneradas y que cumplan con todos los estándares legales. Por eso es importante tomar las medidas oportunas para garantizar la sobrevivencia de la industria nacional y la reactivación del sector productivo.

El riesgo de echar para atrás es muy alto. Viendo las encuestas de confianza institucional, resulta paradójico pensar que este es el momento en el cual más necesitamos del Estado y de las instituciones en las que no hay confianza. Porque la única forma de contener el riesgo socioeconómico, es con acciones públicas, o sea con lo que sale de nuestros impuestos.

Si quiere más información:

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