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Columnistas | PUBLICADO EL 04 diciembre 2022

Dos miradas sobre la paz total y la mía

El gran problema está en cómo acabar con más de 700 Grupos Delincuenciales Organizados, principalmente en las ciudades que subcontratan con los grupos armados organizados de alto impacto.

Por Rafael Pardo Rueda - redaccion@elcolombiano.com.co

El mapa criminal en Colombia y Desafío a La Paz Total son dos informes recién salidos de Ariel Ávila y Camilo González Posso, respectivamente.

Los autores reconocen que La Paz Total de Petro es una ambiciosa iniciativa. Pero los dos informes (un informe y un libro) ponen en duda (sin decirlo así de claro) sus resultados. El uno, el informe de Camilo González, es moderadamente más pesimista. El otro, el libro de Ariel Ávila moderadamente más optimista.

Suponiendo que tiene éxito la negociación con el Eln, que representa un 12 % o 13 % de la violencia con presencia en 162 municipios; suponiendo que la política de paz total tiene éxito con las disidencias de las Farc (están divididas en 35 estructuras, incluyendo la Segunda Marquetalia); suponiendo que tienen éxito con el Clan de Golfo o las autodenominadas Autodefensas Gaitanistas, que tienen presencia en 340 municipios. Y tienen éxito con la mitad de las estructuras de alto impacto. Y suponiendo que los segundos, o terceros, o cuartos en el mando de las respectivas organizaciones (de bandidos) siguen delinquiendo y entonces seguirían con la cocaína y lo que resulte: tráfico de migrantes, extracción oro por métodos ilegales, trata de blancas, extorsión, ya sería un éxito indudable la adopción de la política de paz total.

El resultado sería que a una parte sustancial de Colombia se le quitaría la violencia y sus procedimientos de encima. Sería cerrar un ciclo de violencia, uno más. Pero empezaría otro.

El gran problema está en cómo acabar con más de 700 Grupos Delincuenciales Organizados (Gdo), principalmente en las ciudades que subcontratan con los grupos armados organizados de alto impacto. Entre otros los Schotas en Buenaventura, o los costeños en Barranquilla, o el tren de Aragua en Bogotá, o la oficina en Medellín. Son múltiples las denominaciones e incontables los formatos con que asumen la criminalidad que producen.

No quiero sonar pesimista con la paz total. Debo ser optimista sobre todo al principio. Cuando ni siquiera se ha presentado la Ley de Sometimiento. Pero es necesario leer a Ávila y a González Posso y ver una realidad que he planteado y que también lo han hecho los autores:

El 70% de la cocaína que se produce en Colombia sale por el Golfo o por Bahía Esmeralda, cerca a Tumaco, en la frontera con Ecuador. Estos son datos concretos de la Policía y la Dea.

Y atención a esta verdad contundente y estremecedora: el consumo mundial de cocaína afecta a 22 millones de personas. Colombia hoy es responsable del 70 % de la cocaína que sale al mundo. Es, incuestionablemente, el primer productor de cocaína

Si quiere más información:

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