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La tarea siguiente es tejer una nueva Antioquia en torno a estas vías. Los municipios y regiones deben ahora conectarse eficazmente a esta nueva realidad económica.
Por Diego Fernando Gómez - opinion@elcolombiano.com.co
La Gobernación de Antioquia está impulsando un ambicioso plan vial que requerirá inversiones por 10,3 billones de pesos. La reflexión que invito a hacer a la ciudadanía es que estas obras fundamentales dependen del compromiso de ella para adelantarlas.
Los pilgrims al llegar a la costa de Nueva Inglaterra en 1623 se enfrentaron a la realidad de que todo dependía de su trabajo y esfuerzo. Nada podían esperar de un estado que habían decidido abandonar para construir un nuevo proyecto de sociedad. Cuando al poco tiempo en el recién fundado Plymouth debían construir en North Bridge, decidieron hacerlo con sus recursos, pagando por su uso y aportando a su construcción. Es esa la práctica y el constructo ético con el que se ha construido Estados Unidos.
Los latinoamericanos lo que hacíamos era pedirle al Rey y luego de concedido el favor, hacer trampa con los costos y amañar los contratos de construcción. Y seguimos igualitos y los congresistas y representantes regionales se convirtieron en plañideras suplicando obras a gobiernos centrales que nos tienen entrampados en el subdesarrollo.
La colonización antioqueña se pareció más a los pilgrims que a la conquista española. Se construyeron caminos y pasos de El Cauca por los cuales pagamos peajes. Comerciamos y emprendimos y transformamos el país con reformas agrarias lideradas por privados.
Por un periodo engavetamos nuestras raíces y para el año 2000 estábamos sumidos en una grave crisis social y económica. La decisión de hacer las vías señaladas en el plan de competitividad y los estudios de comienzos de la década de 2000 marcaron un cambio radical. Antioquia era un rincón olvidado en los proyectos 1 a 3G, estaba desconectada del país y era la barrera en la conexión del occidente colombiano entre el Pacífico y el Atlántico. Nos ha tomado 20 años para que las veamos hechas realidades. Hoy las 4G y el puerto de Urabá establecen una nueva estructura de interacción dentro de Antioquia y entre esta y el mundo.
La tarea siguiente es tejer una nueva Antioquia en torno a estas vías. Los municipios y regiones deben ahora conectarse eficazmente a esta nueva realidad económica. Para ello se requieren las vías propuestas y varias más. Pero debemos tener claro que hay que pagar por sacarlas adelante y asumir los peajes, valorizaciones, obras por impuestos, obras por regalías y todos los demás esquemas de financiación viables que nos permitan construir ese futuro que buscamos.