Síguenos en:
x
Columnistas | PUBLICADO EL 15 septiembre 2020

Descubrir Japón

Por Juan Manuel Berrío Villa

juan.berrio94@gmail.com

Tras casi 15 horas de vuelo y una escala en Hong Kong, muy necesaria por cierto, para cargar combustible, las no muy altas montañas del país del sol naciente aparecían ante mis ojos.

La emoción de volver a verla, sin duda, hacia latir más fuerte mi corazón, pulsaciones se hacían cada vez más rápidas por el hecho de estar allí, por recibir una venia a manera de bienvenida, mientras el avión se seguía moviendo hasta su sitio de parqueo. Estas emociones se hicieron mayores al caminar por sus calles, por visitar esos pequeños Izakayas o bares japoneses, donde el sake (un trago a base de arroz) es servido hasta derramarse; por caminar por las maravillosas y antiguas calles de Koyasan, una pequeña villa al sur de Osaka donde casi la mitad de su población es de monjes budistas; o quizás mi emoción también se enmarcaba en toda su historia, su respeto por el otro y, claro está, por su increíble hospitalidad, conocida en japonés como Omotenashi.

De su cocina, si bien es conocida mundialmente por el sushi, al estar allí nos damos cuenta de que es mucho más que eso, nos encontramos con platos como el ramen, unos tradicionales fideos en un caldo de pollo o cerdo, o el típico y famoso Takoyiki (pancake relleno de pulpo), los yakitoris o pinchos asados, y cómo olvidar esa carne waguu con su deliciosa grasa entreverada que hace un maridaje perfecto con esos shots calientes de sake.

Mi estancia en Japón es un recuerdo imborrable. Es un país que si bien ha sido arrasado y destruido varias veces a causa de terremotos, tsunamis y explosiones atómicas causadas por la guerra, también ha sido un territorio donde la unión, el amor, el respeto y las constantes ganas de progreso conjunto han determinado y le han dado un valor muy significativo a lo que hoy es, un recuerdo maravilloso que vive y vivirá por siempre en mí.

Además debo mencionar que aquellas pulsaciones que sentí al llegar y al visitar cada sitio, templo, museo y restaurante, eran también en parte por ella, por mi gran amor, por esa mujer que al igual que Japón han robado y cautivado toda mi atención y que hoy y gracias a ella plasmo en estas líneas para recodarle lo importante que es para mí, con la ilusión de poder seguir escribiendo y aprendiendo de este maravilloso país.

Si quiere más información:

.