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Columnistas | PUBLICADO EL 04 abril 2020

Collage

Por JULIÁN POSADAprimiziasuper@hotmail.com

Los estados de ánimo del día son como nuestro clima, inestables, resuena fuerte esa palabra en este incierto hoy. Poco me interesa el cómo de esta situación, prefiero pensar en el para qué de ella, quiero creer que la naturaleza que ha sido la invitada de piedra en nuestras conversaciones es la que está reclamando su lugar, The end dice el cartel de Adolfo Bernal que cuelga en mi pared, si algo he redescubierto estos días son los ojos, no porque no los conociese o los usase poco, han sido horas y horas de ver a otros, leer a otros, ver mi espacio, recorrerlo, re reconocerlo, el gusto, el olfato, el oído y la vista están privilegiados sobre el tacto, los que vivimos solos hemos perdido la frecuencia del roce, del abrazo, de la sintonía que produce la caricia, nuestro tacto se reduce hoy al oficio que practicamos a diario, que ironía ... en los intervalos del teletrabajo trato de ver y ver: ¿ viste el negro de la noche o los colores de ese atardecer? trato de oír y oír: ¿te has detenido a escuchar el silencio de tu calle o el resoplar del viento? Paso los días tomando nota, guardando las memorias digitales de lo que será recuerdo, leo y leo: ser pertinente en esta columna semanal y en este collage de emociones resulta particularmente complejo, así como una cascada llegan textos y frases vistas, leídas y oídas que son estas que como una colcha de retazos he tejido e hilvanado sin orden o con el de estos días que pasan como quieren, van desordenadas como los recuerdos, salieron como la melancolía, están aquí para leerse con los ojos, que son privilegio tan valioso como el cobijo y la comida, y entonces llega la canción de Eladia Blázquez que es como un poema “Hay tanta pequeña vanidad, en nuestra tonta humanidad enceguecida. Merecer la vida es erguirse vertical, más allá del mal, de las caídas ...Es igual que darle a la verdad, y a nuestra propia libertad ¡La bienvenida! ... Eso de durar y transcurrir no nos da derecho a presumir. Porque no es lo mismo que vivir... ¡Honrar la vida!

Y leo a Enrique Vila-Matas que cita a Rilke: “Así pues, ¿aquí viene a vivir la gente? Yo diría que aquí se viene a morir. He salido. He visto hospitales. He visto a un hombre que se tambaleaba y caía a tierra. La gente se ha agolpado a su alrededor y me ha ahorrado ver el resto...”. ¿Saben? recuerdo que leí: “no tengo miedo de caer enfermo. ¿Y de qué tengo miedo? De todo lo que el contagio pueda cambiar. De descubrir que el andamiaje de la civilización que conozco es un castillo de naipes. De que todo se derrumbe, pero también de lo contrario: de que el miedo pase en vano, sin dejar ningún cambio tras de sí” ...“Una vez superado el miedo desaparecerá también la posibilidad de tomar conciencia”. Esto me lo envió un amigo, las declaraciones son de Paolo Giordano.

Recuerdo que “si me detengo ante la realidad creo que caeré fulminado. Y no quiero”, dijo Almodóvar en un texto.

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