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Por María Bibiana Botero C.* - www.proantioquia.org.co
El progreso de Colombia pasa por Antioquia. Seamos claros: Antioquia pesa. Lo dicen su territorio, sus habitantes y su economía: 125 municipios, 7 millones de habitantes, representamos el 15 % del PIB nacional, 20 % de las exportaciones del país son de esta región.
Una región grande y emprendedora, orgullosa y con grandes desafíos. ¿Alguna duda? Ninguna.
En tiempos electorales en que afloran propuestas y promesas de campaña, y se discuten desafíos regionales, desde Proantioquia planteamos una agenda que esperamos que candidatos y futuros líderes recojan y analicen y se comprometan a impulsarla con altura, ética y responsabilidad.
Hablamos de tres asuntos —pobreza, empleo y educación— que requieren acciones reales, alejadas de populismos y vendedores de humo. Los pies en la tierra, pero la mente en las estrellas. El esplendor hay que aterrizarlo. En esto los ciudadanos debemos cuidar el voto y los políticos, honrarlo.
Decimos sin titubeos que la mejor política social es el empleo digno y con calidad.
En tiempos extraños en que se ataca a las empresas necesitamos más y más empresarios, grandes, pequeños, jóvenes y mayores, todos audaces y preparados para generar nuevas posibilidades. Más empleo. ¿Alguna duda? Ninguna.
Aún cuando la recuperación económica del país va por un buen camino y estamos retomando la dinámica de crecimiento previa a la pandemia, solo en Medellín y el área metropolitana la tasa de desempleo supera la cifra nacional: 282 mil personas desocupadas —55 % mujeres y 48 % jóvenes—.
Las mujeres destinan cuatro veces más tiempo que los hombres al cuidado. Implicaciones: salir del mercado laboral y perder independencia, autonomía, y el impacto que esto supone porque se pierde casi la mitad de la fuerza laboral en edad productiva.
Los datos de pobreza son estremecedores: entre 2019 y 2020 el número de personas en situación de pobreza y pobreza extrema en Antioquia ascendió a 2,3 millones y 708 mil, respectivamente. Quienes clasifican como pobres sobreviven con $ 11 mil por día y quienes están en situación de pobreza extrema lo hacen con un ingreso diario inferior a $5 mil.
En la práctica, esto significa que, en muchos hogares, se elige quién come y quién no.
En educación, parte del panorama es este: el sistema educativo es incapaz de retener a los niños dentro de la escuela y la calidad es sensible.
Ninguna de las áreas evaluadas en las pruebas Saber 11 superó los 52 puntos —sobre un máximo posible de 100—. Esto pone en desventaja al departamento y deja ver un reto supremo en términos de retención y calidad.
Lejos de ser un reporte de cifras para que ciudadanos y candidatos tengan insumos, para que los primeros tomen buenas decisiones y los segundos aterricen estas urgencias en buenas propuestas, hay que recordar que detrás de cada porcentaje hay un antioqueño, familias, dolores y anhelos.
Antioquia, la grande, necesita de la grandeza de todos para conducirla al esplendor. Es posible. Desde Proantioquia estamos listos para seguir construyendo y aportando. Nuestro nombre lo dice: Pro, siempre hacia adelante