El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ordenó este martes 11 de marzo aumentar al 50% el arancel para el hierro y el acero provenientes de Canadá, en lugar del 25% anunciado anteriormente. También amenazó con cerrar su industria automotriz e insistió en que el país se convierta en el “estado 51” de Estados Unidos.
A través de su plataforma Truth Social, el presidente estadounidense publicó un largo mensaje en el que se despachó contra Canadá, argumentando que esta medida la tomaba en represalia al arancel de 25% que puso la provincia canadiense de Ontario sobre las exportaciones de electricidad a EE. UU.
Puede leer: 42 de los 50 estados de EE. UU. son los más afectados por la guerra comercial con China, Canadá y México
“En vista de que Ontario, Canadá, ha impuesto un arancel del 25% a la electricidad que entra a Estados Unidos, he dado instrucciones a mi secretario de Comercio para que añada un arancel adicional del 25%, hasta el 50%, a todo el acero y el aluminio que entren procedentes de Canadá, una de las naciones con aranceles más altos del mundo. Esto entrará en vigor mañana por la mañana, 12 de marzo”, escribió Trump en esa red social.
El mandatario aseguró que declararía una “emergencia nacional sobre la electricidad dentro del área amenazada. Esto permitirá a Estados Unidos hacer rápidamente lo que se debe hacer para aliviar esta amenaza abusiva de Canadá”.
Agregó que si ese país no elimina “otros aranceles atroces y de larga data”, el 2 de abril aumentará sustancialmente los aranceles a los automóviles que ingresan a EE. UU., lo que, dijo, “en esencia cerrará permanentemente el negocio de fabricación de automóviles en Canadá”.
Vea también: Trump acusó a Trudeau de usar la disputa por aranceles para “permanecer en el poder” en Canadá
En el mismo mensaje, Trump dijo que “lo único sensato” para Canadá es convertirse en el “51 estado” de Estados Unidos. “Esto haría que todos los aranceles, y todo lo demás, desaparecieran por completo”, sostuvo.
Como respuesta, el futuro primer ministro de Canadá, Mark Carney, dijo por medio de X que estos últimos aranceles de Trump “son un ataque a los trabajadores, las familias y las empresas canadienses”.
Afirmó que su gobierno “garantizará que nuestra respuesta tenga el máximo impacto en los EE. UU. y el mínimo impacto aquí en Canadá, al tiempo que apoyamos a los trabajadores afectados”.
A renglón seguido sostuvo que mantendrán sus aranceles “hasta que los estadounidenses nos muestren respeto y asuman compromisos creíbles y confiables en favor de un comercio libre e igualitario”.
Se sacuden las bolsas
El dólar cerró este martes en su nivel más bajo desde octubre por el temor a una recesión en Estados Unidos: la tasa de cambio bajó a $4.152,93, lo que significó una caída de $9,03 frente a la Tasa Representativa del Mercado (TRM), que está en $4.161,96.
Al cierre de la negociación se registró un precio mínimo de $4.130 y un máximo de $4.179.
De acuerdo con Bloomberg, los principales índices de Wall Street también abrieron a la baja el martes en medio de preocupaciones. El S&P 500 extendió la caída con la que cerró el lunes, mostrando un retroceso de -0,87%. El Dow Jones Industrial perdía -0,94%, mientras que el Nasdaq Composite lograba desligarse de las caídas y avanzaba 0,24%.
Entérese: China advierte que está lista “para cualquier tipo de guerra” con EE. UU.: se escalan tensiones por aranceles de Trump
Temores de una recesión
Trump ha mandado mensajes al público asegurando que sus aranceles provocarían una especie de “transición” en la economía, logrando reubicar sus fábricas en Estados Unidos para evitar los aranceles.
Sin embargo, para algunos analistas, esto haría todo lo contrario: genera una mayor presión que la economía estadounidense crezca y aumenta los temores de una recesión.
Para Alejandro Godoy, consultor geopolítico en asuntos internacionales, este aumento de los aranceles afecta gravemente a la industria manufacturera de ambos países, ya que EE. UU. depende del acero y aluminio canadiense para sectores clave, incluida la automoción.
“Un encarecimiento de estas materias primas aumentaría los costos de producción para fabricantes estadounidenses, lo que podría traducirse en precios más altos para los consumidores y pérdida de empleos en su propio país”, comentó.
Agregó que, históricamente, Trump ha impulsado medidas proteccionistas, como la guerra comercial con China, que generaron incertidumbre en los mercados y afectaron las cadenas de suministro globales.
“Si en un eventual regreso al poder implementa aranceles agresivos o restricciones comerciales, esto podría generar inflación y afectar el crecimiento económico. En términos fiscales, su administración promovió recortes de impuestos significativos, que a corto plazo estimularon el crecimiento, pero también incrementaron el déficit y la deuda pública. Si vuelve a aplicar políticas similares sin mecanismos claros de financiamiento, podría generar presiones sobre las tasas de interés y la estabilidad financiera”, manifestó Godoy.
Concluyó que, aunque las políticas de Trump pueden impulsar el crecimiento en ciertos sectores a corto plazo, “existe un riesgo real de que, si no se manejan con prudencia, terminen desencadenando una desaceleración económica o incluso una recesión, especialmente si combinan proteccionismo, déficits fiscales elevados y una erosión en la confianza de los mercados”.
