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S&P Global Ratings, agencia calificadora, confirmó que la nota crediticia de Colombia, en moneda extranjera de largo plazo, se mantiene ‘BB+’ y de corto plazo en ‘B’. Esto quiere decir que el país se mantiene en el grado de no inversión especulativo.
Vale recordar que esta valoración se hace para indicarle a los mercados e inversionistas cuál es el nivel de riesgo al que se enfrentan cuando le prestan plata a un país.
La calificadora comunicó que la perspectiva de la nota crediticia se mantiene estable y está en línea con su expectativa de que el ajuste fiscal y el continuo crecimiento económico, durante los próximos dos o tres años, “estabilizarán la deuda neta del gobierno justo por debajo del 60% del producto interno bruto (PIB) y reducirán los grandes déficits recientes de la cuenta corriente”.
“Además, esperamos una amplia continuidad en las políticas fiscales, monetarias y económicas que promueven el crecimiento a medida que la administración del presidente Gustavo Petro implementa sus ambiciosas reformas sociales”, añadió S&P.
La agencia mencionó que la economía colombiana se recuperó rápidamente de la pandemia, con un crecimiento del PIB de alrededor de 8% en 2022, ayudado por la eliminación de las restricciones por la pandemia, precios de exportación favorables para el petróleo y la minería, y una política fiscal activa.
Pero proyectó que “es probable que el crecimiento caiga hacia 1% en 2023, en gran medida debido a las tasas de interés más altas y, quizás, a los precios más bajos del petróleo. Esperamos que el crecimiento regrese a una tasa tendencial de poco más de 3% en los próximos dos años”.
Las expectativas de crecimiento a largo plazo de Colombia, de acuerdo con el informe, dependen en gran medida de acelerar el desarrollo de la infraestructura para reducir los costos y estimular la diversificación de las exportaciones.
“También dependen de la gestión de la transición de la producción de hidrocarburos hacia las energías renovables. Los hidrocarburos representan alrededor de 40% de las exportaciones, el 20% de la inversión extranjera directa (IED) y entre el 10%-20% de los ingresos del gobierno, lo que subraya su contribución a la economía”, resaltó.
Las calificaciones soberanas de Colombia podrán subir durante los próximos 12 a 24 meses si el crecimiento económico es consistente y significativamente más rápido de lo esperado, detalló otro extracto del informe.
“Así mismo, que un sector exportador más amplio y diverso, que ayude a reducir la vulnerabilidad externa y fortalecer la resiliencia económica, podría mejorar el débil perfil externo de Colombia”, agregó.
S&P resaltó que “es probable que continúen las políticas económicas pragmáticas y previsibles, ya que el crecimiento del PIB se desacelerará en 2023 después de dos años de rápida expansión”.
Igualmente, señaló que el desafío fiscal de Colombia se presentará en 2024 o después, lo que refleja el riesgo de posibles déficits en los ingresos debido a precios más bajos de las materias primas.
S&P le había quitado el grado de inversión a Colombia en mayo del 2021. En ese momento, la agencia había tenido en cuenta la situación fiscal del país, toda vez que atender la emergencia socio-económica derivada de la pandemia le exigió un gasto extraordinario superior a los $40 billones y a elevar la deuda soberana a un 57% en términos del PIB.
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