La revisoría fiscal de Coltejer puso en duda que esta compañía pueda continuar como negocio en marcha, en vista de que no se encuentra desarrollando su objeto social, en referencia a que desde mediados de 2021 suspendió sus actividades fabriles.
La empresa, que ayer transmitió sus estados financieros de 2022 a la Superfinanciera, reportó pérdidas por $137.187 millones, mientras que contabilizó ingresos por $3.314 millones, cifra inferior en 81,1% frente a los $17.552 millones de 2021.
En el informe anual la compañía explicó que el estallido de la pandemia y las medidas adoptadas por el gobierno para mitigar la propagación del covid en el año 2020 y comienzos del año 2021 impactaron significativamente la economía. “Estas medidas obligaron a la compañía a frenar sus actividades en todas sus líneas de negocio, con excepción de la comercialización de algunas referencias de telas importadas provenientes de México. Esto impactó negativamente el desempeño financiero de la compañía, al igual que su posición de liquidez al cierre de este periodo”, se indicó.
Igualmente, se lee que: “A pesar de la incertidumbre que plantean las condiciones políticas del país, en cuanto a las reformas laboral y pensional, y además de la alta devaluación en los años 2021 y 2022, la administración continúa teniendo una expectativa razonable de contar con los recursos adecuados para enfrentar los retos futuros, así como para cumplir con el pago de obligaciones pensionales, legales y contractuales. Dentro de la expectativa razonable de continuidad, la compañía no ha tomado la decisión de liquidarse ni disolverse, por lo que, se continúan adelantando diversas actividades que tienen como finalidad prolongar la existencia de la compañía”.
En otro apartado, se mencionó que dentro de la expectativa razonable de continuidad de negocio, la dirección de Coltejer le presentó a la junta directiva, algunas ideas que sugiere abordar este años, entre las cuales se encuentra el desarrollo de actividades que permitan potenciar la comercialización de productos de hogar, así como la búsqueda de opciones de mercado para aprovechar la capacidad instalada de activos productivos, bien sea arrendando las unidades de negocio o mediante alianzas estratégicas.
Por otro lado, se continuará con la venta de terrenos ubicados en el complejo del municipio de Itagüí, destinando los recursos para pago de obligaciones financieras.
Bajo esa perspectiva, el revisor fiscal Juber Ernesto Carrión, de la firma PwC Contadores y Auditores, enfatizó en que la suspensión de operaciones de tejido plano y no tejidos debido a la disminución de liquidez y a la imposibilidad de cumplir los compromisos adquiridos con sus proveedores y empleados generan dudas sobre la capacidad de la compañía de continuar como negocio en marcha, en vista de que no se encuentra desarrollando su objeto social.
En 2022, Coltejer terminó la mayoría de los contratos laborales vigentes, quedando al final del año con cinco de ellos. Luego se reintegraron dos empleados que solicitaron amparo judicial a través de tutelas, en proceso de revisión ante la autoridad judicial. El pago de los acuerdos para finalizar los contratos, al igual que el de las indemnizaciones por las terminaciones unilaterales, han sido realizados con recursos obtenidos vía préstamos del accionista mayoritario (Kaltex).
La compañía reconoce que existen algunas obligaciones tributarias por pagar, y que cuenta con ingresos de caja por sus actividades inmobiliarias y de comercialización de telas importadas para atender sus salidas de efectivo.
En su web Coltejer asegura que no ha cerrado ni se encuentra en proceso de liquidación y para la venta y arriendo de los inmuebles ubicados en Itaguí suministra un número de línea celular y un correo electrónico.
En la asamblea de accionistas del pasado 31 de marzo, los socios aprobaron cancelar la inscripción de las acciones de Coltejer en el Registro Nacional de Valores y Emisores (RNVE) y en la Bolsa de Valores de Colombia (BVC).