El trámite de la reforma laboral en el Congreso colombiano enfrenta un panorama complicado. Este miércoles 12 de marzo, la Comisión Séptima del Senado cumplió con el anuncio oficial del proyecto, lo que habilita su debate en los próximos días.
Sin embargo, la mayoría de los senadores de la comisión ya han firmado una ponencia de archivo, lo que deja al proyecto con pocas opciones de avanzar.
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El ambiente en la sesión de la Comisión Séptima estuvo cargado de tensión política. Aunque la reunión estaba programada para las 10 de la mañana, solo comenzó una hora después.
El único objetivo del día era anunciar la reforma laboral para que pueda ser discutida en la siguiente sesión.
Congresistas cruzan declaraciones sobre la reforma laboral
El anuncio desató reacciones inmediatas. El senador Fabián Díaz, de la Alianza Verde, criticó la ponencia de archivo y lamentó la posibilidad de que se pierdan los avances alcanzados en el articulado.
Díaz insistió en la necesidad de abrir el debate sobre una ponencia alternativa que él y la senadora Norma Hurtado han respaldado.
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Por su parte, el senador Miguel Ángel Pinto, uno de los firmantes de la ponencia de archivo, defendió su postura alegando que el proceso se ha llevado de acuerdo con la Ley Quinta.
Pinto solicitó que el debate sea transmitido por el Canal Congreso para evitar “engaños” y mostrar que los legisladores están trabajando en el tema. También recordó que algunas de sus propuestas sobre la reforma laboral fueron ignoradas cuando presentó un proyecto paralelo.
El debate se encendió aún más cuando la senadora Ana Paola Agudelo solicitó orden en la sesión, ya que otros proyectos pendientes estaban en riesgo de quedar fuera por falta de tiempo. La discusión quedó suspendida hasta que la mesa directiva la agende oficialmente.
Más allá de la batalla política, el aval fiscal del Ministerio de Hacienda también generó controversia. El senador Honorio Henríquez, del Centro Democrático, criticó el informe presentado, asegurando que este confirma los problemas de sostenibilidad financiera del proyecto.
La senadora Berenice Bedoya, del partido ASI, reforzó esta postura y citó el informe de MinHacienda, que reconoce que 19 de los 80 artículos de la reforma “podrían tener un impacto fiscal potencial” en las finanzas del país.
¿Qué sigue para la reforma laboral?
Con el anuncio oficial ya hecho, la mesa directiva de la Comisión Séptima del Senado llevará a cabo el debate en los próximos días.
Sin embargo, con una mayoría inclinada hacia el archivo del proyecto y con dudas sobre su viabilidad fiscal, el panorama para la reforma laboral luce complicado.
Ante esta realidad, Vicente Umaña, socio de derecho laboral en Posse Herrera Ruiz, no tiene dudas: la reforma laboral del gobierno no ayudará a reducir la informalidad, sino que podría agravar el desempleo.
“No va a generar empleo ni dará oportunidades a quienes hoy están en la informalidad. Más bien, va a frenar la contratación y hacer que muchas empresas piensen dos veces antes de contratar”, advirtió.
Según Umaña, el gobierno justifica la reforma argumentando que busca mejorar los derechos de quienes ya tienen un empleo. Sin embargo, considera que las nuevas reglas harían más rígida la relación entre empleadores y trabajadores.
“Complica los procesos de contratación y despido, convierte a los aprendices del Sena en empleados formales—lo que les cerrará puertas a muchos jóvenes—y sube los costos laborales con mayores recargos nocturnos y horas extras”, explicó.
Para el abogado, el principal problema es que “la reforma no responde a las necesidades del país ni a la realidad laboral del mundo actual. Es un retroceso de 40 o 50 años en términos de relaciones laborales”.
En esa misma línea, el economista Germán Machado, profesor de Los Andes, precisó que, en balance, para los trabajadores formales la reforma trae beneficios. Sin la reforma, por ejemplo, no se aumentaría la indemnización por despidos sin justa causa y no se cambiaría el inicio de la jornada laboral nocturna.
“Sin embargo, diferentes estimaciones han mostrado que la reforma habría aumentado la informalidad, sin generar nuevos empleos. Era una reforma para proteger trabajadores formales y no para generar empleo o ayudar a los trabajadores más vulnerables”, reiteró el analista.
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Tras el fracaso de la reforma en el Senado, el presidente ha mencionado la posibilidad de llevar el tema a consulta popular. Sin embargo, Umaña cree que no será un camino fácil. “Con la baja favorabilidad del presidente, las mayorías en el Congreso y los requisitos que exige este tipo de mecanismos, no hay garantías de que tenga éxito”, señaló.
En caso de que la reforma se hunda definitivamente, el abogado asegura que “no se perderán derechos, todo seguirá igual, con la legislación actual”.
Por su parte, Machado agregó que hay varios escenarios y el más probable con el hundimiento de la reforma laboral es que no pase nada.
“El presidente Petro inició ya la campaña del 2026 y solicitará una consulta popular que es más un globo que otra cosa. Es una consulta que no tiene futuro”.
¿Por qué? El docente explicó que, primero, porque la mayoría del Senado tendría que aprobarla y hoy no existe esa mayoría. Segundo, porque incluso de ser aprobada la consulta, lo más seguro es que no sea antes de elecciones de 2026, por lo que no tendrá efectos.
Y tercero, porque necesitará cerca de 14 millones de votos para ser una realidad, lo cual tendrá un desafío muy fuerte. Eso, sin contar que no existe presupuesto disponible para financiar esa consulta popular.
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¿Qué reforma necesita Colombia?
Para Umaña, lo que el país necesita no es rigidez, sino flexibilidad laboral con garantías. “Debe haber mecanismos que permitan a los empresarios gestionar sus necesidades de personal de manera ágil y dinámica, sin afectar los derechos de los trabajadores”, indicó.
También advierte que no todo el empleo debe encajar en el modelo tradicional de contrato a término indefinido. “Profesionales independientes, freelancers, trabajadores del sector salud... hay muchos sectores que no trabajan ni quieren contratos de este tipo. No podemos imponer una sola fórmula para todas las relaciones laborales”, insistió.
Además, Umaña cuestiona los intentos del gobierno de impulsar cambios por decreto. “Si intentan modificar leyes de esa manera, seguramente serán tumbados en los tribunales”, afirmó.
Si la reforma llegara a aprobarse, advierte que el impacto sería grave. “Estamos a punto de perder medio millón de empleos y de afectar seriamente a las pequeñas y medianas empresas, que generan el 90% del empleo en Colombia”.
Con un Congreso golpeado por las recientes declaraciones del presidente, Umaña cree que el futuro de la reforma es incierto. “El gobierno la tiene difícil, tanto en la consulta popular como en el Senado”.
