Es un hecho que revivió la reforma laboral que se hundió a mediados de marzo de este año en la Comisión Séptima del Senado de la República. Gremios de los diversos sectores económicos celebraron el hundimiento de la consulta popular e invitaron al Gobierno de Gustavo Petro a concertar la mejor reforma posible.
No es un secreto que la propuesta del Gobierno no cuenta con el apoyo del empresariado del país. Las empresas consideran que la reforma implica un aumento considerable de los costos laborales a raíz de varias de sus propuestas, como el aumento de los recargos dominicales y festivos, así como el cambio en la jornada nocturna a partir de la 6 de la tarde.
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En resumen, las empresas y algunos analistas creen que dicho proyecto de ley podría subir la informalidad laboral que se ubica en alrededor del 55% en el país y desincentivar la generación de empleo.
Por esa razón, el propio Bruce Mac Master, presidente de la Asociación Nacional de Empresario de Colombia, Andi, recordó al Ejecutivo que este gremio le hizo una propuesta a Petro para concertar la reforma. Añadió que la idea no es otra que reducir el desempleo y la informalidad.
¿Qué debería incluir una reforma laboral concertada?
De acuerdo con expertos consultados por EL COLOMBIANO, una verdadera reforma laboral debería partir por entender la realidad del mercado laboral, así como la variedad de actores y los mecanismos de contratación que implementan.
No hay duda de que uno de los puntos más críticos del mercado laboral está en el campo. El agro es la segunda actividad que más ocupados genera en el país.
La población ocupada en Colombia bordea los 22 millones y el sector agropecuario aporta más de 3 millones de empleos, más o menos el 13,8% del mercado laboral. La cuestión es que tiene una informalidad del 84%.
Jorge Bedoya, presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia, SAC, manifestó que hicieron una propuesta sobre un capítulo para que “en el campo se pueda realmente contratar por el tiempo efectivamente laborado y que esto contribuya a combatir la informalidad”, pero hasta el momento eso no fue tomado en cuenta.
Más regulación para informales
Para Iván Jiménez, docente investigador del Observatorio Laboral de la Universidad Javeriana, una de las propuestas más importantes debería enfocarse en mermar la carga administrativa que tienen las empresas en el país.
Es decir, todos los trámites y vueltas que tienen que cumplir las compañías para ser legales en Colombia. De esa forma, el Observatorio considera que esto mejoraría la formalidad laboral.
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Es cierto que la actual reforma busca cambiar las condiciones de trabajo de los domiciliarios de plataformas como Rappi. Incluye vinculación laboral y seguridad social, pero los analistas consideran que eso no es suficiente.
Jiménez dijo que una verdadera reforma debería considerar la regulación de los demás modelos atípicos de empleo, pero generando protección.
Es decir, reconocer que hay diversas formas de trabajo industrial y rural. “Por ejemplo, que se les permita a los coteros de una plaza de mercado que se organicen y paguen un pequeño aporte que les cubra la seguridad social a todos”.
En otras palabras, la idea sería adelantar un mecanismo para permitir que empleados informales, como vendedores ambulantes, se organicen y aporten una contribución moderada que les garantice protección en riesgos laborales.
“Es más fácil buscar que estas personas se organicen y paguen, porque muchas están contentas con cómo trabajan, que buscarles un empleo en una gran empresa del país, que son muy pocas”, apuntó el académico.
Menos costos y más flexibilización
Nicolás Botero, abogado y presidente ejecutivo de FedeSeguridad —Federación Colombiana de Vigilancia y Seguridad Privada—, indicó que aumentar los recargos no resuelve el problema del mercado laboral.
“Volver más caros para las empresas el 40% de los trabajadores que están en la formalidad no va a resolver un problema de acceso”, mencionó.
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El experto sugirió que el país debería preguntarse si es viable un sistema en que los colombianos puedan cotizar por horas. “Eso abriría el mercado laboral a una cantidad de jóvenes y mujeres que podrían trabajar por horas”.
Eso ayudaría a que las personas que no pueden cumplir una jornada de 5 u 8 horas a la semana, pues accedan al mercado laboral.
Otro punto al que podría ponerse la lupa es que este Estado tiene unas particularidades, por ejemplo, es uno de los países que más días festivos tiene, por lo que podría ajustarse.
Por ahora, este proyecto de ley será discutido en tercer debate, de los cuatro que debe surtir, para convertirse en ley. Retomará en Comisión Cuarta y no en la Séptima, que fue donde no fue aprobada en la última ocasión.
Este periodo legislativo irá hasta el 20 de junio; restan unas cinco semanas o 35 días para que dicha comisión discuta el proyecto.
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