Ante el aumento de las importaciones de acero que a marzo ascendían a 601.840 toneladas, con respecto a las 593.123 del primer trimestre de 2018, el Gobierno tomó medidas para proteger la industria local como la imposición de un arancel de 8,5 % para el material proveniente de países con los que Colombia no tiene TLC.
El objetivo es desincentivar las importaciones, una defensa comercial para combatir esas prácticas que desde el Comité Colombiano de Productores de Acero de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi) señalan como competencia desleal.
“Las producciones de países como China y Turquía son subsidiadas por los gobiernos locales, lo que les permite exportar a precios muy bajos e inundar otros mercados fácilmente. Ahí se genera la alerta”, resaltó María Juliana Ospina, directora del comité que agremia cinco empresas nacionales: Acerías paz del Río, Gerdau Diaco, Sidenal, Sidoc y Ternium.
Tras la solicitud de salvaguarda que presentaron al Gobierno y que fue atendida con la imposición del arancel desde el 13 de marzo de este año, las empresas esperan que la producción crezca 4 % y se recupere de la caída del 12 % que tuvo en 2018 (ver ¿Qué sigue?).
Adicionalmente, a través de inversiones que a 2022 ascienden a 620 millones de dólares, las empresas esperan mejorar sus procesos productivos implementando maquinaria que les permita un mayor aprovechamiento de la materia prima con la reutilización del 100 % de los insumos y así ser más eficientes.
Otro pilar para su recuperación es que la industria se apoya en el sector de la construcción, uno de sus principales compradores de barra corrugada (un tipo de acero) para obras civiles. Esta actividad espera una recuperación este año, sin embargo, los resultados del primer trimestre arrojaron un decrecimiento del 4 % al pasar de aportar al PIB 13.094 millones de dólares en ese período en 2018 a 12.365 millones en 2019.