El Acpm en Colombia ha mantenido un precio estable desde 2020, sin grandes subidas. Solo por inflación y cierre del déficit del Fondo de Estabilización de Precios de Combustibles (Fepc), el galón debería estar alrededor de $13.200, pero hoy se cotiza en promedio a $9.456.
Esta diferencia, de más de $3.700, según MinHacienda, impacta las finanzas públicas y requiere ajustar el precio a niveles internacionales.
Tras estos cálculos, el ministro Ricardo Bonilla reveló este miércoles 20 de agosto que el precio del Acpm en Colombia subirá $2.000 este año, y en 2025 el incremento será de $4.000, lo que representa un aumento del 61 %.
Agregó que, lo anterior, en un contexto de estancamiento económico en el cual la mayoría de los sectores productivos están creciendo a un dígito o peor aún vienen en retroceso desde hace meses, la economía en el segundo trimestre de 2024 creció solo el 2 %.
“Entonces, incrementar el precio del Acpm en $2 mil o $3 mil implica poner en riesgo la seguridad alimentaria de los colombianos y deteriorar aún más la economía de los hogares más vulnerables a través de una mayor inflación, además de condenar a empresarios a la quiebra, en especial a las mypimes en un país en donde más del 99% del tejido empresarial tiene esta clasificación”, alertó la dirigente gremial.
Pese esto, Hernández recordó, el ministro de Hacienda anunció el primer incremento, que será de $2.000 en el precio del Acpm antes de que acabe agosto y el siguiente a los 6 meses y el tercero luego de 6 meses más.
“Conclusión, el Gobierno quiere aumentar en $6.000 lo que significa que el combustible tendrá un incremento de más del 60 % en un año y medio, un duro golpe para el sector transportador en medio de bloqueos, cierres viales e inseguridad que siguen creciendo e implican altos sobrecostos”, advirtió la presidenta de Colfecar.
En esta misma línea, el analista Mateo Amaya precisó que el problema de subir el Acpm $3 mil adicionales, antes de que termine el año, es que cada $1.000 que incremente el diésel los fletes se incrementan mínimo un 6 %.
“Se aumentarían entonces en un 18 % los fletes del país. Eso es un golpe a la inflación en un país que todavía presenta inflaciones muy superiores a sus pares en Latinoamérica”.
Sobre el impacto que podría tener la medida en la inflación, Bonilla dijo que, con la gasolina, el impacto fue de 1,9 % acumulado, y con el diésel, que es un efecto intermedio, lo estima en 1,4 % al final de todo el proceso.
“Es inevitable que este año hagamos un ajuste, el déficit va a ser de $12 billones en 2024, es $1 billón mensual que tiene la brecha”, precisó el jefe de la cartera de Hacienda.
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La Cámara Intergremial del Transporte, Unidos, dijo que, aunque se conformó un equipo técnico para diseñar la política pública de una nueva fórmula del precio del diésel, la cual se debatió con los equipos técnicos de los ministerios de hacienda, minas y energía y transporte, pero que no tuvo acogida.
El ministro Bonilla explicó que el objetivo es cerrar una brecha de $6.000 para equiparar los precios locales con los internacionales.
Sin embargo, aclaró que este ajuste será gradual y podría extenderse hasta 2025. Si no se ajusta el precio del diésel, el gasto del Gobierno en subsidios alcanzaría $11,6 billones en 2024 y $12,8 billones en 2025.
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El Gobierno ha gastado $69 billones en subsidios al diésel entre 2021 y 2023, una cifra que supera lo recaudado por las reformas tributarias de los últimos dos años.
