Caño Limón-Coveñas pasó de ser uno de los oleoductos más importantes del país a convertirse en uno de los principales blancos de ataque para los grupos armados ilegales en Colombia. De acuerdo con reportes entregados por el presidente de Cenit, Héctor Manosalva, una filial de Ecopetrol, en un promedio de 40 años, el tubo por el que transita el petróleo ha sufrido más 1.600 ataques.
Cifras que han llevado a Manosalva a creer que “sin temor a equivocarme, el oleoducto Caño Limón-Coveñas ha sido la infraestructura petrolera más atacada a nivel mundial”, y también estima que el oleoducto recibe un ataque casi que cada 42 días o cada dos kilómetros.
“Eso significa que hemos construido el oleoducto original y hemos tenido que construir un oleoducto adicional producto de las reparaciones que se han ejecutado”, explicó el presidente de Cenit.
La infraestructura por la que transita el crudo, tiene una extensión de 770 kilómetros y atraviesa 33 municipios y siete departamentos; además de que tiene la capacidad para transportar 225.000 barriles de petróleo al día.
Pérdidas por derrames
Los atentados a este oleoducto han ocasionado el derrame de por lo menos 3,8 millones de barriles, acciones que non solo han generado un gran impacto ambiental sobre las regiones donde ha ocurrido, también han ocasionado la perdida de recursos, porque que ha sido petróleo que la empresa ha dejado de exportar.
Por lo que a la hora de hacer cuentas, el costo ambiental y la perdida económica es importante. El precio de un barril de petróleo Brent está en aproximadamente $90 dólares y la TMR se ubica en los $4.200 pesos, así que Colombia ha dejado de percibir $1,4 millones de pesos, es decir, unos $342 millones de dólares.
Pero los ataques de armados no han sido el único desagüe para Caño Límón-Coveñas, otra de las actividades que han significado grandes perdidas para la industria, son las instalaciones de válvulas ilícitas para el robo de petróleo. Modalidad de hurto que ha ido creciendo en los últimos dos años, por cuenta del aumento en la producción y procesamiento de cocaína en el país, advirtió Manosalva.
Hechos que ha sido registrados principalmente en regiones como el Catatumbo, en donde el 65% del petróleo que extraen de manera ilegal, es utilizado para la generación de cocaína.
Situación que ha obligado a Cenit a implementar la vigilancia del oleoducto de manera constante, a través de drones, sensores de presión negativa e imágenes satelitales, además del uso de helicópteros del Ejército para así proteger el trayecto del oleoducto.
Medidas que ya han empezado a dar sus resultados. Con estas tecnologías han logrado reducir, asegura el presidente de la empresa petrolera, un 36% en lo que va del 2023, por lo que esperan ampliar esas métricas en los próximos años, hasta recuperar las pérdidas y daños.