Una vez se conoció el hundimiento del proyecto de reforma laboral, el presidente de Fenalco, Jaime Alberto Cabal, comentó que “es una oportunidad democrática e histórica para construir un nuevo proyecto, concertado de verdad, entre todas las fuerzas vivas del país, focalizado en la generación de nuevos puestos de trabajo y que promueva la formalización”.
El líder gremial había manifestado desde marzo que el texto promovido por el gobierno aumentaría el costo de la contratación formal hasta en un 12% con respecto al año pasado, “sin incluir posibles horas extras de los sábados y tampoco costos de licencia de paternidad, entre otros”.
Además, había argumentado que “los sectores más afectados serán los comercios que más laboran de forma nocturna y fines de semana: restaurantes, alojamiento, bares, transporte y almacenamiento”. Esto teniendo en cuenta que la reforma proponía ajustes en el pago de los recargos nocturnos y en el pago de los festivos.
Vale recordar que en el texto se proponía que la jornada nocturna iniciara a partir de la 7:00 de la noche y se extendiera hasta las 6:00 de la mañana. Actualmente, inicia desde las 9:00 de la noche. Así mismo, que el pago de las horas laboradas en dominicales y festivos se haga sobre el 100% del salario que devenga el trabajador, no sobre el 75%, como ocurre hoy día.
Cabal había manifestado igualmente que la reforma beneficiaba a quienes ya estaban contratados formalmente, pero no a quienes están en la informalidad, toda vez que el incremento en el costo de la contratación sugiere dificultades para la vinculación total, especialmente para las micro, pequeñas y medianas empresas, que representan más del 80% del tejido empresarial en Colombia.
Por su parte, María Fernanda Carrascal, senadora del Pacto Histórico que fungió como coordinadora ponente de la iniciativa, aseveró que, a pesar de su hundimiento, la reforma va a continuar su trámite.
“Está claro que a través de recusaciones temerarias la oposición quiere impedir el debate, pero nosotros y nosotras seguiremos adelante junto a los y las trabajadoras”, agregó la parlamentaria.
El Grupo de Análisis del Mercado Laboral del Banco de la República había realizado un trabajo en el que advertía que la reforma acabaría con 454.000 puestos de trabajo formales en Colombia (en un rango entre 152.000 y 746.000) dado que a las empresas les subirían los costos laborales hasta 10,7%.
Después de ese ejercicio, el debate entre gobierno, gremios y academia se ha centrado en revisar la incidencia que tiene el costo de la contratación en la generación del empleo.
Inclusive, la misma ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez, afirmó durante una audiencia pública que “la reforma laboral no tiene una centralidad de generar empleo”, toda vez que la generación de nuevos puestos de trabajo, a su juicio, “es una política de Estado”.