En medio de los desafíos que ha impuesto al Gobierno colombiano la creciente necesidad de conseguir recursos suficientes para atender la crisis que atraviesa el país, tanto económica como social, derivada de la pandemia de la covid-19, la propuesta de implementar una renta básica universal ha tomado fuerza, cambiando el rumbo de sus anteriores discusiones.
En el país han sido varias las propuestas que han puesto sobre la mesa la posibilidad de que se aplique una renta básica universal o permanente. Precisamente, una de las peticiones del Comité del Paro es que un poco más de 6 millones de las familias pobres del país reciban un salario mínimo mensual vigente, que en 2021 es de $908.526, lo que apuntaría a un gasto de aproximadamente $70 billones anuales, 7 % del Producto Interno Bruto (PIB).
Así mismo, el pasado mes de marzo se presentó el proyecto de ley “Renta Básica como política permanente de Estado”. La iniciativa, que fue radicada en el Senado de la República por organizaciones, ciudadanos y parlamentarios, busca llegar a 7,4 millones de familias, lo cual en promedio son unas 30 millones de personas, con una transferencia monetaria incondicional que oscilaría entre $320.000 al mes para un hogar de un miembro, hasta $470.000 al mes para un hogar de cinco o más miembros.
Si bien estos proyectos aún no llegan a la universalidad de la renta básica, porque siguen estando focalizados, expertos consideran que es un avance significativo en el camino para llegar a esta.
La renta básica permanente
Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), en 2020, el 42,5 % de los colombianos se encontraba en condición de pobreza monetaria, lo cual representa un aumento de 6,8 puntos porcentuales frente a 2019, cuando lo era el 35,7 %.
Así, a nivel nacional, un total de 21 millones de personas se encontraban en situación de pobreza monetaria en 2020, frente a las 17,5 millones presentadas en 2019. Esto significa que 3,5 millones de personas ingresaron a la pobreza monetaria.
Para Carlos Julio Díaz, director de la Escuela Nacional Sindical, una de las organizaciones que respaldaron el proyecto de ley sobre renta básica permanente radicado en el Senado, una de las razones por las cuales la renta básica ha tomado fuerza en el país es “porque el hambre ha surgido como una pandemia adicional a la de la covid-19”.
“La pandemia ha golpeado las cadenas de alimentos, ha provocado la pérdida de empleos y de ingresos, más en un país como Colombia donde la mayoría de la gente está en la economía del rebusque. En este contexto, la renta básica adquiere una importancia fundamental. La propuesta que hicimos, aunque todavía no tiene un carácter universal, ya no es de una renta básica de emergencia, como la que se propuso a principios de la pandemia, sino permanente. Esto rompería con la política asistencialista de las transferencias monetarias ineficaces y condicionadas”, expresó Díaz.
Cabe recordar que en la fallida reforma tributaria se había planteado asegurar los ingresos suficientes para que programas como Ingreso Solidario se convirtieran en políticas de Estado, por lo que se propuso un monto mensual de transferencias monetarias condicionadas para familias en pobreza y pobreza extrema que iba a variar desde los $80.000 para los hogares con una persona, hasta los $366.101 para hogares con seis miembros.
Sin embargo, para Jorge Coronel, economista y profesor universitario, la renta básica universal consiste en un ingreso monetario cuyo único requisito es que se entregue a personas mayores de edad y esta es una de las principales diferencias con los programas de transferencias monetarias que hay actualmente en el país -como Familias en Acción, Jóvenes en Acción, Colombia Mayor e Ingreso Solidario-.
“Los subsidios tradicionales implican transferencias condicionadas, por ejemplo, subsidios al desempleo para los que no tengan trabajo, o solo para los que están en condiciones de pobreza. La renta básica universal no está focalizada, porque es para todos los ciudadanos. En el país se está hablando de un ingreso monetario para una cantidad determinada de personas, con unas condiciones de pobreza, pobreza extrema o vulnerabilidad, por lo que no se estaría aplicando el concepto puro de renta básica; sin embargo, este es un avance porque se está comenzando a poner sobre la mesa este tema”, apuntó Coronel.
Por su parte, el ministro de Trabajo, Ángel Custodio Cabrera, en declaraciones pasadas, afirmó que están listos “para hablar de renta básica, salud, educación y todo lo que tiene que ver con la producción nacional”. Según el Gobierno, esto reitera su “disposición para recibir las mesas técnicas que sean necesarias, para buscar y dar soluciones”.