La economía de Estados Unidos se contrajo un 4,8 % en el primer trimestre de 2020, marcando el decrecimiento más pronunciado desde la Gran Recesión de la década pasada, según las primeras estimaciones anualizadas publicadas este miércoles por el Departamento de Comercio.
En este periodo, el daño por la covid-19 quedó restringido principalmente a finales de marzo, pero aún así las cifras muestran un brutal impacto, una situación que la economía estadounidense no había experimentado desde el cuarto trimestre de 2008.
El Departamento de Comercio advirtió que el total de los efectos económicos por la pandemia no pueden ser cuantificados en la estimación del PIB para el primer trimestre.
Esta aguda contracción refleja el parón de la actividad en las últimas dos semanas de marzo cuando millones de estadounidenses perdieron sus empleos por las medidas para intentar frenar el virus, señaló la agencia AFP.
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“La recesión global por el coronavirus golpeó la economía estadounidense con una fuerza tremenda, terminando con 10 años de crecimiento sostenido”, dijo en una nota Oxford Economics.
Estados Unidos es el país donde más personas han fallecido por la enfermedad respiratoria, con más de 58.000 muertos por el coronavirus.
A su turno, la agencia EFE señaló que la cifra fue peor que las estimaciones de los analistas, que anticipaban una caída del PIB del 4,1 % en el arranque del año.
El gasto de los consumidores, que en Estados Unidos representa casi dos tercios de la actividad económica, se redujo un 7,6 %, el mayor descenso en este indicador desde 1980.
En las últimas semanas, más de 26 millones de personas han solicitado el subsidio de desempleo en el país.
Las previsiones anticipan que la caída del PIB en el segundo trimestre de 2020 será aún mayor, dado que no se prevé que se comience a reabrir la economía del país hasta al menos el próximo mes de junio
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De oro lado, el precio del petróleo intermedio de Texas (WTI) abrió este miércoles con un importante rebote del 24,7 %, hasta los 15,39 dólares el barril, motivado por un incremento menor de lo esperado de los inventarios de crudo estadounidenses y por la esperanza de un aumento en la demanda provocado por las progresivas reaperturas económicas anunciadas en algunos estados.
A las 9.15 hora local de Nueva York, los contratos futuros del WTI para entrega en junio sumaban 3,05 dólares con respecto a la sesión previa del martes.
Los precios del oro negro experimentaban un cambio de tendencia tras varias jornadas a la baja en sesiones especialmente volátiles que han incrementado la incertidumbre y la preocupación de los inversores por la estabilidad de los mercados energéticos, duramente golpeados por la grave caída en la demanda experimentada desde que se desató la pandemia.
Los analistas achacan esta subida a la publicación de los últimos datos ofrecidos por el Instituto del Petróleo Estadounidense, que mostró que los inventarios de petróleo habían aumentado en 10 millones de barriles en la semana del 24 de abril hasta un total de 510 millones de barriles, una cifra menor a lo que esperaba el mercado, que estimaba el crecimiento en unos 10,6 millones de barriles.