Mucho antes de comenzar hacer historia dentro del rock colombiano de la mano de Héctor Buitrago, con quien creó Aterciopelados en la primera parte de los años 90, Andrea Echeverri era una joven ceramista con estudios en Colombia e Inglaterra, quien buscaba abrirse camino en el difícil panorama de las artes plásticas del país.
Un arte que nunca dejó, aunque sí ha tenido algunos periodos en los cuales se ha tenido que cerrar su taller, donde disfruta pasar horas y horas creando, completamente sola y totalmente embarrada.
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Ahora, mientras no deja de trabajar en la música con Aterciopelados, abrió una nueva exposición ‘Nicho Candela’, con piezas que ha creado en los últimos 12 o 13 años, algunas de ellas han hecho parte de otras exposiciones, mientras que otras, hacen parte de la propuesta visual del nuevo trabajo de la agrupación que lidera junto a Héctor Buitrago.
Es una colaboración con la Galería de Salón Comunal en Bogotá, con 11 años de trabajo y que se especializa en la cerámica contemporánea, que ya está abierta a todo público y de acceso libre.
En tres salas de exposición, los espectadores pueden sumergirse en el universo simbólico, íntimo y rebelde de la artista, mostrando una de sus facetas más profundas y personales de su creación: la cerámica como lenguaje de reflexión, memoria y resistencia.
Las propuestas creadas en distintas épocas de la artistas, se entremezclan entre sí, entre lo íntimo y lo político, generando nuevos significados, como un altar en donde aparecen las figuras de los integrantes de Aterciopelados, junto a un tributo a Gustavo Cerati.
Andrea Echeverri habló sobre el largo camino que ha llevado a la par con la música en el mundo de la cerámica, esta nueva exposición y sus creaciones en barro para las nuevas canciones de Aterciopelados
Entre el barrio y el fuego
¿Cómo surgió la idea de esta nueva exposición?
“Galería Arte Salón Comunal está especializada en cerámica, y Bernardo Montoya, su director, siempre dice que la cerámica contemporánea no tiene muchos espacios de exposición. En los museos y las colecciones hay cerámica precolombina pero no cerámica contemporánea, a pesar de tener figuras como Cecilia Ordoñez, con un recorrido y un trabajo increíble, la cerámica usualmente es relacionada con artesanía o con lo precolombino.
La idea de esta galería es hacer un trabajo muy consciente para que la cerámica también tenga un lugar en el arte contemporáneo colombiano, como si lo tiene en otros países”
¿Cómo fue la selección de las piezas que hacen parte de ’Nicho Candela’?
“Hay piezas desde 2013 que hice una exposición en la Universidad Tadeo Lozano, así como de ‘Ovarios calvarios’ que fue después de la pandemia, junto a ‘Tripas corazón’ que la presentamos en 2023, junto a cosas más nuevas que tiene que ver con ‘Genes Rebeldes’, el nuevo álbum de Aterciopelados, porque su estética, desde su planteamiento tiene cerámica, incluso en varios videos como en ‘Agradecida’ donde con varias de estas piezas hicimos un altar, así como él de ‘Perú’ que es todo en cerámica y ‘Mor’ con todas las letras en cerámica.
Siempre Soda Stereo
¿Hay un homenaje a Gustavo Cerati en la exposición?
“Eterno es una canción que le escribí a Gustavo Cerati y el video está en elaboración para lanzarlo en el mes de agosto, en el día de su cumpleaños, por lo que creamos un altar para el video y que hace parte de la exposición. Es como una forma de ir contra la corriente de la Inteligencia Artificial, y poner de protagonista a la Inteligencia Artesanal”.
Distintas formas de agradecimiento, un tema del cual hasta la ciencia ya está hablando...
“Estamos hablando de muchas cosas de las cuales antes no se hablaba, y algunas tienen mucho sentido y son muy chéveres. Descubrimos que la mayoría sufre del Síndrome del Impostor, que todos lo hemos sentido alguna vez, pero que ahora le dieron un nombre.
Pero mi agradecimiento no tiene que ver con el auge del concepto, tiene que ver con la pandemia, ese momento de gran crisis, aunque para mí la pandemia fue muy chévere porque hice una gran cantidad de cerámica, aunque también tuvo su lado angustiante, y cuando hicimos los primeros conciertos después del encierro, uno estaba completamente agradecido.
Es normal que cuando tu haces algo que se repite tanto, como las giras de conciertos, no dejas de disfrutarlo y es chévere, pero luego de la pandemia, la energía era otra y el agradecimiento era total al poder volver hacer cosas como salir de casa, subirse a un avión y hacer un concierto”.
¿Cada pieza tiene un significado especial?
“Claro, porque algunas fueron creadas durante y después de la pandemia, pero las de 2013, fue de la época en que Aterciopelados estaba separado y no sabíamos si volveríamos algún día y estaba con mi trabajo como solista, ‘Ruiseñora’, y el ritmo era muy diferente, me daba mucho tiempo para trabajar”.
La cerámica es una labor de mucha paciencia...
“Y de maestría (risas). Es un material muy específico que pasa por el fuego y es lo que hace la diferencia, porque el fuego es lo que lo hace sólido y permanente, por lo que mucho es lo que se raja, se daña o explota.
Hay una moda, una creencia, de que hacer cerámica relaja y la anchura si es relajante, pero luego esperar a ver si la cosa sí sobrevive al fuego, porque con solo una burbuja de aire todo se daña, entonces eso sí no es nada relajante. El barrito es bien exigente”.
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¿La cerámica es un trabajo en solitario?
“En mi caso sí, me gusta estar sola y embarrada en mi taller. En los años 90 tuve un almacén con otros artistas, ‘Tierra de fuego’, que nos juntábamos ahí, pero cada quien trabajaba en su taller solos.
Hacíamos eventos que se llamaban ‘El ritual de lo habitual’ y nos poníamos tareas, como un mes hacíamos copas o vasos y cada quien con su estilo propio, lo cual era muy lindo y de eso vivíamos. Yo seguía viviendo en casa de mis padres, no tenía hijos, pero luego vino la apertura económica y mucha gente empezó a comprar cosas importadas, pero luego vino la época del racionamiento de energía y los apagones y ahí vendimos muchos candelabros”.
¿Difícil el tema de la inspiración haciendo música y cerámica?
“Es lo más bonito de todo, en especial desde la exposición ‘Ovarios Calvarios’, que eran tres canciones y un poco de piezas que ratificaban las canciones. Ahora, con ‘Genes Rebeldes’ es lo que estamos tratando de hacer, con cerámica en todas partes, incluso en los videos que usamos en los conciertos.
Incluso, antes de la pandemia, siempre buscaba incluir la cerámica en lo que hacíamos con Aterciopelados. En el disco Oye, en una edición especial incluimos unos collares, así como en Río. En Claroscura todo el letrero del nombre del disco es en cerámica, pero eso no lo nota nadie (risas). Siempre tratando de incluir esa faceta mía en el proyecto, pero fue después de la pandemia que quería hacer algo más visible”.