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Cómo Colombia sería uno de los países que más crecerán, pese a la incertidumbre mundial

Organismos internacionales ven fuerte la economía del país. Proyectan que crecerá hasta 6,1%.

  • Las proyecciones pasan incluso el 6%, como es el caso de la Ocde. FOTO: MANUEL SALDARRIAGA
    Las proyecciones pasan incluso el 6%, como es el caso de la Ocde. FOTO: MANUEL SALDARRIAGA

Esta semana a Colombia le llegaron, como una suerte de bálsamo, las nuevas proyecciones económicas del Banco Mundial y la Ocde. El primero ve espacio para que el Producto Interno Bruto (PIB) del país crezca 5,4% este año, lo cual significa un repunte frente al 4,4% que proyectó anteriormente; mientras tanto, el segundo pasó de ver un 5,5% a un 6,1%.

Si se tienen en cuenta los “padecimientos” de la economía nacional como el encarecimiento del costo de vida que este mes podría llegar a su nivel más alto en 22 años –9,74% anual–, según cálculos de Corficolombiana, o el ambiente de elecciones presidenciales que tiene indecisos a seis de cada diez empresarios sobre invertir o no, de acuerdo con la Andi, estas proyecciones marcan un espaldarazo a la actividad productiva en el país.

Desde París, el ministro de Hacienda, José Manuel Restrepo, se enfocó en el pronóstico de la Ocde y valoró que esa organización solo le aumentó la perspectiva de crecimiento a tres de sus 38 países miembros, siendo Colombia uno de ellos. De hecho, los cálculos hablan de una tendencia a la baja en el promedio de la economía mundial.

Lo llamativo es que el territorio nacional pareciera ajeno a ello. “Colombia, en este momento, tiene la mayor perspectiva de crecimiento de las economías de la Ocde en el año 2022. Somos el número uno de los países de la Ocde con mayor tasa de crecimiento previsto para este año”, resaltó Restrepo.

Es que la recomposición de proyecciones de la organización pone a Colombia en la cumbre de expansión económica con su 6,1% y por debajo están Portugal, con 5,4%, e Israel e Irlanda con 4,8%. Entre los países de Latinoamérica el más cercano es Argentina, para el que se prevé un 3,6%.

Ya en abril otros entes anticipaban esta tendencia alcista en las previsiones sobre Colombia, como fue el caso del Fondo Monetario Internacional (FMI) que pasó de ver en 3,8% a 5,8% el PIB para este año; mientras que la Cepal ajustó su perspectiva en 4,8%, desde el 3,7% en que se encontraba anteriormente, con lo cual se intuye que el crecimiento de la economía estaría en el rango de 5% a 6% (ver Infografía).

Gasto al alza

La pregunta es qué están teniendo en cuenta estos organismos internacionales que explique esa generosa mirada sobre el PIB nacional. En resumen, aducen tres factores: el consumo privado, que se mantiene como motor de la actividad productiva aún con la alta inflación; los buenos precios de las materias primas, que a Colombia lo benefician por el lado de las exportaciones de hidrocarburos, y la recuperación del mercado laboral.

Sobre el primer punto hay que decir que la firma especializada Raddar está observando que los colombianos siguen comprando y su gasto no merma. Solo en abril los hogares movilizaron recursos del orden de $69,9 billones, mientras que para el acumulado de los cuatro primeros meses la cifra llegó a $288,8 billones. En comparación con abril del año pasado el crecimiento del gasto fue de 3,23%.

Eso sí, el fundador y presidente de Raddar, Camilo Herrera, aclaró que “si bien el gasto está en terreno positivo, se registra una desaceleración que no es igual en todos los hogares, siendo el nivel de ingreso un factor determinante para la dinámica de gasto que se presenta en esta época de alta inflación”.

Frente a las demás razones que impulsarían a la economía hay que decir que en exportaciones el Dane reportó que, entre enero y abril, estas percibieron un importante crecimiento de 36,6%, en comparación con el mismo lapso del 2019, cuando aún no se daban los efectos de la pandemia, alcanzando U$18.385,3 millones gracias a los despachos de petróleo y carbón principalmente.

Entre tanto, el mercado laboral hasta abril mostró recuperación, si bien las cifras siguen preocupando. En ese mes la tasa de desempleo fue de 11,2% y eso significa que se redujo frente al mismo período de 2021, cuando marcó un 15,5%. Adicionalmente se crearon 2,2 millones de empleos, de los cuales el 60% correspondió a mujeres.

Dichos factores ya habían reflejado su positiva incidencia en el primer trimestre, pues en ese lapso el PIB nacional creció 8,5% para sorpresa de todos los analistas, que en el caso más optimista esperaban un 7,8%. La recuperación de puestos de trabajo y la relajación de más medidas tomadas para contener la pandemia fueron algunas razones que impulsaron la demanda de los hogares colombianos por productos como prendas de vestir, calzado y electrodomésticos, y servicios, lo cual le dio un empujón a la economía.

Se crece, pero...

Bien dice el dicho que no hay felicidad completa y ese es el caso de Colombia. Si bien es una de las “consentidas” en las proyecciones de los organismos internacionales, de fondo hay problemas que si no se tratan a tiempo podrían convertirse en un dolor de cabeza mayor.

Por ejemplo, una vez conocidos los resultados del PIB del primer trimestre la Anif lanzó una advertencia: “Debemos mencionar algunos elementos en la óptica de la demanda. En particular, resaltamos que el ritmo de crecimiento del consumo de los hogares sigue por encima del crecimiento de la economía. Este exceso de demanda se satisface principalmente de las importaciones y eso genera presiones en términos de inflación y agrava el ya delicado estado de la cuenta corriente”.

En un análisis ese centro especializado aseguró que de continuar el ritmo actual de las importaciones (pasaron de representar 20% del PIB entre 2005 y 2019, al 26,7% este año, según Bbva Research) para responder a la alta demanda de los consumidores, “difícilmente se verán mejoras en las condiciones de la balanza de pagos, es decir, que se ampliará aún más el déficit externo” y a ello se le agregan los problemas fiscales. Todo esto, dice Anif, debe ser prioridad del próximo gobierno.

Adicional, el equipo de Bbva Research vaticinó que la economía colombiana se desaceleraría progresivamente desde el segundo semestre de este año, especialmente en el consumo de los hogares, lo que si bien sería “saludable” para las familias, le quitaría ritmo a la dinámica económica.

En esto coincide el Banco de la República, que espera que el consumo se modere debido al golpe de la inflación sobre el bolsillo de los colombianos. El Emisor, que anticipa que el PIB crecería 5% este año, menciona también niveles altos de incertidumbre asociados con las tensiones geopolíticas, las condiciones del financiamiento externo y la evolución de la pandemia, entre otros.

Casi que en total coordinación los centros especializados aseguran que el nivel de incertidumbre sobre el futuro macroeconómico del país es elevado, principalmente por el conflicto entre Rusia y Ucrania, pues podrían poner –todavía más– en jaque a la economía mundial, que de por sí ya teme ante una posible recesión de Estados Unidos.

Infográfico
Diego Andrés Vargas Riaño

En mis bolsillos hay una grabadora y unos audífonos; en mi mente, amor por el periodismo.

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