El Dane confirmó que el entretenimiento, impulsado por las apuestas deportivas en línea, junto con la agricultura, fue uno de los sectores que jalonó el crecimiento del PIB colombiano en el tercer trimestre de 2024, que llegó al 2%.
Las actividades artísticas crecieron un 14,1%, con los juegos de azar en línea como protagonistas. “Agro, en especial la expansión del café, y los juegos de azar y de apuestas en línea deportivas contribuyeron al crecimiento de la economía”, detalló Piedad Urdinola, directora del Dane.
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Este sector fue clave, el de actividades artísticas y recreativas, para que la dinámica económica se mantuviera a flote al crecer un 14,1% anual, aportando 0,5 puntos porcentuales al PIB.
“El auge de los juegos de azar en línea sigue siendo el motor principal de este crecimiento, especialmente durante el verano en el hemisferio norte, cuando eventos deportivos como finales de copas y ligas generan una gran actividad”, explicó la funcionaria. También mencionó un aumento en servicios como lavanderías y funerarias.
En términos acumulados, la economía crece apenas un 1,62% en lo que va del año (los primeros 3 trimestres), lo que nos muestra que el dinamismo de la actividad económica ha sido moderado hasta el momento, detalló el economista Diego Montañez, quien agregó que en lo corrido del año los sectores que más destacan son las actividades artísticas, con un robusto crecimiento de 9,8%, y la agricultura, con una expansión de 8,9%, lo que refleja la resiliencia de estos sectores frente a las dificultades macro.
Apuestas en línea: el juego que mueve la salud y la economía en Colombia
Bajo este panorama, Coljuegos reveló que las ventas en el segundo trimestre del año superaron los $10 billones, con las apuestas deportivas como las favoritas de los colombianos, esto por cuenta de los eventos deportivos del año como la Copa América y las eliminatorias mundialistas.
Marco Emilio Hincapié, presidente de Coljuegos, destacó el impacto positivo del sector: “Este año, los juegos por internet han aumentado cerca de un 20% las rentas del monopolio que se pagan a Coljuegos. Esto significa que, hasta ahora, las apuestas en línea han transferido alrededor de $231.343 millones para la salud de los colombianos”.
Las apuestas en línea no solo lideran en ventas, sino también en recaudo. Representan el 47% del total nacional, seguidas por los juegos localizados como bingos y casinos (33%). SuperAstro y Baloto también suman al pastel, con participaciones del 13% y 7%, respectivamente.
Los riesgos de la reforma tributaria para los juegos de azar
Sin embargo, este auge podría verse amenazado por la reforma tributaria que propone el Gobierno, lo que ha encendido las alarmas en el sector, ya que las apuestas deportivas han sido una fuente clave de ingresos en los últimos años.
Según Coljuegos, el sector facturó $5,4 billones en 2019 y, pese a la pandemia, su crecimiento no se detuvo: en 2021 alcanzó $16 billones, en 2022 llegó a $26 billones, y en 2023 reportó $34,5 billones. BetPlay, que tiene el 51,43% del mercado, lidera la industria, seguido por Wplay.co (14,5%) y Codere (11,7%).
Sin embargo, Evert Montero, presidente de Fecoljuegos, advirtió que los impuestos propuestos en la Ley de Financiamiento podrían ser insostenibles para el sector. “El Gobierno proyecta recaudar $2,7 billones en impuestos para 2030, pero está desconociendo el modelo de negocio. De los $34 billones reportados, las casas de apuestas solo tienen un margen real del 7%, ya que deben reintegrar el 93% en premios”, explicó.
Además, Montero subrayó que el aumento en los gravámenes podría fortalecer la informalidad y la ilegalidad en el país. “Si el impuesto a la ganancia ocasional sube, muchos usuarios optarían por plataformas no reguladas, lo que significa menos aportes al sistema de salud”, advirtió.
En este orden, el sector de apuestas en línea enfrenta un delicado equilibrio entre ser un motor de crecimiento económico y resistir la presión fiscal. Para los operadores, como BetPlay y Wplay.co, el riesgo de trasladar sus negocios a países con menor carga tributaria se vuelve cada vez más real, lo que podría traducirse en un duro golpe para la economía colombiana.
*Con información de La República.
