La conquista de las provincias de Antioquia se libró en una guerra entre las gobernaciones de Popayán y Cartagena, en una lucha por extender sus límites y apoderarse de todo lo que en aquellas tierras había: oro, plata, animales e indígenas.
En sus primeras expediciones en busca de las montañas de oro de Antioquia, una expedición que partió de Cartagena descubrió, gracias a la declaración de un indígena, que las montañas que se levantaban en las sabanas de Córdoba y Sucre, no eran naturales, sino las tumbas de sus más importantes antepasados, oro que permitió el despegue de Cartagena.
Popayán llegó a Cali, avanzó hasta Santa Fe de Antioquia, exploró el Cauca y el río Porce hasta Zaragoza, donde halló su gran tesoro minero.