Inicialmente, el árbol se había clasificado dentro del género Lonchocarpus, pero al analizar sus flores y frutos, los investigadores notaron que compartía características con el género Dahlstedtia, del que no se habían reportado especies en Colombia. Así que la evidencia, recolectada desde 2017 en municipios como Andes, Santa Fe de Antioquia y Norcasia, permitió determinar que se trataba no solo de una nueva presencia del género, sino de una especie desconocida.
La Dahlstedtia colombiana crece en los ecosistemas de bosque seco tropical, uno de los más amenazados del país. Sus hojas presentan folíolos opuestos y flores en forma de racimo, con pétalos oblanceolados. Su fruto es seco, sedoso y de color caqui. Por sus características morfológicas únicas y su área de distribución limitada (unos 40 km²), ha sido propuesta para clasificación como especie vulnerable según los criterios de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Ahora, este descubrimiento es importante porque pone de relieve el valor de las colecciones botánicas. Las muestras conservadas en el Herbario de la Universidad de Antioquia y en el herbario Medel de la Universidad Nacional, sede Medellín, fueron claves para reconstruir la historia de esta planta, que se remonta a que, incluso en la Expedición Botánica del siglo XVIII, había registros no identificados de esta especie.
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Dos ejemplares de la Dahlstedtia colombiana crecen hoy en la zona verde entre los bloques 9 y 10 del campus Medellín de la UdeA, y aunque ese no es su hábitat natural, lograron adaptarse, florecer y fructificar, confirmando su identidad taxonómica. Su presencia allí, inadvertida durante años, refuerza el papel de los espacios universitarios en la conservación y divulgación de la biodiversidad.