Rodeado de los principales jefes de las bandas del Valle de Aburrá, su gabinete y la plana mayor del Pacto Histórico en Antioquia, el presidente Gustavo Petro protagonizó ayer un mitin en Medellín que generó consternación en el departamento.
En un evento citado en la plazoleta del Centro Administrativo La Alpujarra, el primer mandatario citó a sus bases políticas para que lo acompañaran en una extensa alocución en la que no solo volvió a insistir en su iniciativa de convocar a una Asamblea Constituyente, sino en celebrar la recién aprobada reforma laboral y defender las conversaciones de paz urbana que avanzan con los combos de Medellín.
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El lugar de la cita no fue fortuito. Frente a los edificios de la Gobernación de Antioquia y la Alcaldía de Medellín, el Presidente y su gabinete enfilaron sus baterías contra las administraciones tanto del gobernador Andrés Julián Rendón como del alcalde Federico Gutiérrez, señalándolas de ser el palo en la rueda en su agenda de reformas y políticas en la región. Lo cual riñe con la verdad pues las reformas no han entrado en vigencia.
En medio de un panorama cada vez más fracturado, Petro aprovechó su intervención para reclamar ser también el principal líder del Ejecutivo en Antioquia y advertir que no cederá en su cuestionada política de paz total, mientras Gutiérrez dijo que era una “amenaza” y que “nos pone una lápida”, y Rendón calificó el evento como “una afrenta”.
Resultó sorprendente la presencia en el evento de nueve de los capos que hoy están presos en la cárcel de Itagüí –alias Tom, Vallejo, Douglas, Pesebre, El Tigre, el Indio, El Saya, Albert y Juan 23–, si bien se podría explicar como parte de dicho proceso de diálogo de “paz urbana” que avanza en esta prisión de máxima seguridad –que dicho sea de paso ha contado con críticas por parte de ellos mismos por no avanzar al ritmo que se esperaría– no cayó nada bien entre las autoridades locales.
“Petro nos pone la lápida. Está en Medellín para juntarse con los jefes de la mafia que nosotros capturamos, con los jefes de las estructuras criminales para amenazarnos.
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Mientras yo los combato, él los premia. Petro es el único responsable si algo me pasa”, dijo por ejemplo el alcalde Gutiérrez, quien esta misma semana ya había denunciado haber sido objeto de intimidaciones en medio de las audiencias que avanzan contra alias Yordi, señalado de ser el presunto cabecilla de la banda La Terraza.
“¡Dime con quién andas y te diré quién eres! El Presidente Petro vino a la capital de Antioquia a rodearse de criminales, esto es una afrenta, una humillación a las víctimas. Una traición al Ejército y a la Policía Nacional”, dijo Rendón por su parte.
Una concentración cuestionada
Los ánimos para el evento de este sábado ya venían caldeados desde el pasado 14 de junio, cuando el primer mandatario habló de esta concentración en Medellín, justo un día antes de la realización de la llamada Marcha del Silencio, que convocó a diversos sectores públicos preocupados por la situación de seguridad en el país y el atentado perpetrado en contra del senador Miguel Uribe.
Medellín fue una de las ciudades que más personas concentró en aquella marcha en la que así como se oyó primordialmente el “Fuerza Miguel”, se escucharon gritos de “fuera Petro”. Unas 50.000 personas salieron a las calles aquel día.
Aunque inicialmente se preveían otros lugares para este sábado, el sitio escogido por el Gobierno Nacional finalmente fue la plazoleta de La Alpujarra, en donde convergen las sedes de la Alcaldía, la Gobernación y la Rama Judicial en Medellín.
Salvo por algunos eventos, La Alpujarra no ha solido ser un sitio para este tipo de concentraciones públicas, sobre todo por ser un espacio muy cerrado para aglomeraciones, que por lo general, en el caso del Centro, se dan más en puntos como la Plaza de las Luces, la calle San Juan y la Avenida Oriental.
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En el caso de la izquierda paisa, el espacio también resulta extraño, sobre todo por carecer además del peso significativo que tienen otros lugares como el Parque de los Deseos, que durante las manifestaciones del Paro Nacional de 2021 sí fue epicentro de las protestas e incluso lo bautizaron como el Parque de la Resistencia.
Tal vez las únicas dos concentraciones recientes ocurridas en la Alpujarra corresponden a una convocada por el alcalde Gutiérrez y el gobernador Rendón para rechazar lo ocurrido en las elecciones de Venezuela, y, sobre todo, las manifestaciones citadas por el exalcalde Daniel Quintero, cuando fue suspendido por la Procuraduría por aprovecharse de su cargo para hacerle campaña a Petro.
Prueba de no ser ideal para concentración fue que los organizadores del acto del Presidente tuvieron que acomodar a lo largo del lugar más de 5 pantallas gigantes, ya que muchos de los asistentes ni siquiera tuvieron visual a la plataforma que se instaló justo en la entrada de la Alcaldía y el Concejo de Medellín para el discurso presidencial, ya que la zona estaba llena además de andamios por cuenta de unos trabajos de mantenimiento que se vienen realizando desde hace varias semanas en el Monumento a la Raza de Rodrigo Arenas Betancurt, la escultura situada en todo el centro de la plaza.
Algunos cálculos extraoficiales apuntaban a que el Presidente, en el mejor de los escenarios, habría logrado acomodar allí entre 4.000 y 5.000 de sus partidarios, en una zona de no más de 2.000 metros cuadrados.
Más allá de estas variables, el evento también estuvo ambientado por múltiples denuncias que apuntaban a que se estarían empleando recursos públicos para facilitar una manifestación eminentemente política, que incluyeron el envío de buses a varios barrios de Medellín y municipios de Antioquia, así como la compra de refrigerios y alimentación para persuadir a los asistentes a quedarse.
Aunque en el tablado varios de los congresistas que pronunciaron discursos calificaron como una mentira esas versiones, EL COLOMBIANO pudo constatar que hacia las 2:00 p.m. fueron varios los buses de servicios especiales los que aparecieron por la calle San Juan para descargar manifestantes en la bahía de La Alpujarra, dejándolos a pocos pasos de una serie de vallas custodiadas por la Policía para requisar y regular el ingreso.
En el lugar también hicieron presencia familias enteras de comunidades indígenas, que fueron llevadas en chivas y que se instalaron sobre el suelo de la plazoleta con niños pequeños.
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Igualmente, se conocieron videos de fuentes de entera credibilidad en los que un adulto mayor contaba que venían de Chigorodó en tres busetas. Y la versión de una persona que trabaja en la Comuna 13 que explicaba que de su trabajo los hicieron ir a todos a la concentración, pero que nadie les había dicho que era a una manifestación de Petro.
En medio de la aglomeración, congresistas como el representante por la Cámara en Antioquia Alejandro Toro no dejaron pasar la oportunidad para parquear vehículos con vallas gigantes promocionando su imagen junto a la del Presidente, apoyando además la ya abortada consulta popular que buscaba convocarse vía decreto.
Luego de los filtros policiales, la organización del evento instaló en las escaleras de ingreso de La Alpujarra carpas en las que comenzaron a repartirse refrigerios a todos los asistentes, que incluían paquetes de papas fritas, refresco, una manzana, galletas Wafer y hasta un chocolate.
A muchos de los asistentes, también les repartieron almuerzos e hidratación durante una jornada que se extendió por más de seis horas.
Mitin con capos a bordo
Mientras los manifestantes eran requisados en la calle San Juan, justo detrás de La Alpujarra, fuertemente custodiada por la Policía para garantizar la seguridad, se parquearon varios vehículos del Inpec que llamaron la atención entre muchos.
Posteriormente, se supo que allí habían arribado los principales jefes de las bandas del Valle de Aburrá, incluyendo figuras como José Leonardo Muñoz Martínez, alias Douglas; Juan Carlos Mesa Vallejo, alias Tom; Freyner Alfonso Ramírez García, alias Carlos Pesebre; Jorge de Jesús Vallejo Alarcón, alias Vallejo; Dayron Alberto Muñoz Torres, alias El Indio; Wálter Alonso Román Jiménez, alias El Tigre o Ramón Chaqueta; Juan Camilo Rendón Castro, alias El Saya; Alber Antonio Henao Acevedo, alias Albert y Juan Fernando Álvarez, alias Juan 23.
Su presencia explicó además la llegada de cientos de jóvenes que fueron también citados a La Alpujarra vistiendo camisetas blancas con estampados alusivos a la mesa de paz urbana, muchos de ellos con identificativos de algunos barrios.
Algunos llevaron pancartas como una de apoyo a alias Douglas, acompañada de la frase “Aranjuez Te Quiere”.
Pese a que el evento arrancó desde las dos de la tarde, los jefes de las bandas esperaron hasta la llegada del presidente Petro para subirse a la tarima hacia las seis de la tarde y antes de que comenzara la alocución presidencial, que fue transmitida por todos los canales públicos y privados, se dirigieron al jefe de Estado.
Contrario a expresar un apoyo irrestricto, y sin importar que minutos atrás el mismo Gobierno volvió a atribuirse como un logro la reducción de los homicidios en Medellín, los líderes expresaron su preocupación por los avances de dicho espacio e instaron al Gobierno a que el mismo no se quedara “en un esfuerzo más”.
Dardos a Gutiérrez y Rendón
Otros que aprovecharon para hacerse sentir fueron muchos de los ministros y congresistas del Pacto Histórico que hicieron presencia en el evento.
Por el lado del gabinete, estuvieron el ministro de Justicia, Eduardo Montealegre; el ministro del Interior, Armando Benedetti; el ministro de Educación, Daniel Rojas; el ministro de Trabajo, Antonio Sanguino; el ministro de Minas y Energía, Edwin Palma Egea; la nueva ministra de Cultura, Yannai Kadamani Fonrodona, entre muchos otros. Así mismo, estuvieron congresistas del Pacto Histórico como Álex Flórez, León Fredy Muñoz e Isabel Zuleta.
A la llegada del Presidente, en la tarima hubo espacio incluso para el exalcalde de Medellín, Daniel Quintero, quien desde su improvisado mitin realizado a pocos días de ser imputado por corrupción en el caso de Aguas Vivas, no era visto en La Alpujarra.
Si bien la cita estaba agendada para las dos de la tarde, el Presidente arribó hacia las seis, para así pronunciar un discurso que fue televisado en horario estelar, cuando muchos de los asistentes ya comenzaban a irse ante la larga espera.
En la larga intervención, Petro aprovechó no solo para endurecer su tono contra Gutiérrez y Rendón, sino para referirse a varios temas álgidos en el departamento.
En su discurso, señaló que además de poder ir a la ciudad colombiana a la que decidiera, haciendo énfasis en que dicha lista incluía el corazón administrativo de Medellín y Antioquia, reveló además que pocos minutos antes de arribar a La Alpujarra ordenó que los mandos militares en Antioquia se concentran en el aeropuerto Olaya Herrera, en donde les demandó reconocer su poder presidencial.
En materia de paz urbana, Petro sugirió incluso estar planeando visitar la cárcel de Itagüí, si fuera posible con la fiscal general, Adriana Camargo, si es que ella aceptara, con el fin de examinar qué beneficios y cambios normativos se podrían implementar para hacer posible la dejación de armas, y en materia de minería señaló también estar revisando la legislación para expulsar del Suroeste a la multinacional AngloGold Ashanti.
Desde Medellín, Petro reiteró además seguir adelante en su proyecto de convocar a una Asamblea Constituyente, señalando no estar dispuesto a dar el brazo a torcer en ninguna de sus políticas.
