Así como Medellín ha tenido 350 años colmados de momentos estelares —instantes en que su destino cambió para siempre y lo hemos venido registrando en la páginas de EL COLOMBIANO en los últimos tres meses— también quisimos hacer una pausa y mirar hacia adelante. Toda conmemoración, si se queda solo en la nostalgia, se marchita. Por eso, con este especial, quisimos imaginar el futuro.
Invitamos a 27 pensadores y hacedores de la Medellín actual —personas que piensan, construyen, enseñan, crean, siembran, arriesgan y sueñan— para que le dieran a la ciudad un regalo de cumpleaños distinto: sus ideas. No flores ni discursos ni homenajes; sino propuestas, reflexiones y caminos. Les pedimos que pensaran qué debemos hacer para que, así como hemos recorrido con orgullo estos 350 años, podamos recorrer otros 350 más.
El futuro de Medellín no dependerá solo de sus gobiernos o de sus empresas, sino de la energía moral e intelectual de sus ciudadanos, de su capacidad para reinventarse sin perder la memoria, de su voluntad para volver a creer en lo común.
Cada idea de esta edición es una chispa: algunas encenderán debates, otras iluminarán caminos. Pero todas parten de la certeza de que Medellín no es un accidente geográfico, sino una obra colectiva. Una ciudad que ha caído y resurgido más de una vez, que ha aprendido que el progreso no está en las fachadas sino en la dignidad de su gente, y que su mayor tarea no es crecer, sino seguir mereciendo su nombre.
Así celebramos: un homenaje para la Medellín que tanto queremos, pensando, soñando y comprometiéndonos con el tiempo que viene.
   
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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