Un nuevo caso de maltrato animal fue denunciado en Antioquia. Esta vez ocurrió en Marinilla y la víctima fue una perrita criolla. El caso llegó a las autoridades municipales gracias a una persona que escuchó ruidos sospechosos y luego encontró al animal herido.
La persona que hizo la denuncia escuchó una moto pasar una y otra vez por la vía de la vereda. Después escuchó unos disparos y ahí fue donde llamó a la Policía. El propio comandante del pueblo se desplazó hasta el lugar señalado y notó que el perro, en efecto, había sido impactado con un arma traumática.
El animal fue llevado hasta el casco urbano, donde se le hizo el diagnóstico médico y se determinó que no estaba en peligro, pero sí necesitaba recuperación. En las fotos compartidas por la Alcaldía de Marinilla se ve el impacto que el proyectil dejó sobre la piel.
Este hecho se está investigando. La tarea de las autoridades ahora es determinar quién fue el motociclista que le disparó a la perrita.
Otros casos aberrantes
Este caso se suma a otros aberrantes que se han reportado en Antioquia en las últimas semanas. Uno de los más sonados ocurrió en Barbosa, donde las víctimas fueron dos caninos de un refugio animal perteneciente a una señora de nombre María Margarita Rengifo Bedoya, a uno de los cuales le cortaron la piel desde el cuello hasta la cola.
El hecho ocurrió en la vereda Popalito El Tablazo, zona rural de la localidad.
El desgarrador caso fue dado a conocer por un ciudadano que se identifica en su cuenta de Instagram como @APOLOSTARS y por la fundación Fitde4patas, quienes han asumido por el momento los gastos veterinarios e incluso comprando mercado y alimento animal para llevarle a la señora dueña de los perros, que al parecer trabaja en las calles para sostener su refugio.
“Despellejar animales eso nunca se había visto en Antioquia y eso no lo vamos a permitir”, comentó @APOLOSTARS en su red social. Allí están varios videos donde se observan los esfuerzos por atender a Osito y a José Miel, como se identificaron los caninos.
El inspector de Policía de Barbosa, Andrés Sánchez Palacio, rechazó los hechos e informó que con la Fiscalía se trata de ubicar a los autores de estos hechos de violencia contra los caninos.
La señora dueña de la fundación cuenta con 83 animales, los cuales debe reubicar ante el ambiente de hostilidad que vive en el sector, para lo cual requiere apoyo ciudadano, ya que no tiene recursos para costear un nuevo lugar.
Solo unos días antes se había denunciado el envenenamiento de un perro de raza dóberman en Laureles. La denuncia la hizo un joven de nombre Sebastián Giraldo Del Río, propietario de la canina, quien señaló que su animal fue envenenado por una vecina que dos días antes había amenazado con matarla.
Según el denunciante, una señora de la que él reveló la identidad en su cuenta de Facebook, profirió las amenazas los días 16 y 17 de febrero. Un día después, Blondie apareció envenenada y en estado muy grave fue llevada a una veterinaria.
“El día 16 de febrero y el 17, la vecina (...) amenazó con envenenar la perra y al otro día dijo ‘espere y verá lo que va a pasar con la perra por poposearse’”, relató el joven.
Señaló que su canina, de raza Doberman y de año y medio de edad, murió el sábado 18 de febrero a la 1:00 p.m.
Solo tres días antes se había dado a conocer otro triste caso. En este, la víctima fue una perrita mezcla de Bulldog Francés y otra raza, la cual en avanzado de estado de desnutrición fue arrojada viva a un camión de la basura, de la cual pudo ser rescatada a tiempo, aunque finalmente murió.
El hecho ocurrió el pasado sábado en la comuna nororiental, calle 117 con carrera 48B, límites con Bello, y las versiones que conoce EL COLOMBIANO señalan que el animalito, en pésima condición de salud, estaba en una bolsa de basura y alcanzó a ser tirado al camión, pero una alerta posibilitó que fuera rescatada antes de que la máquina la demoliera viva.
Tras su rescate, una joven del sector acudió a la red social Facebook para buscar ayuda de una rescatista y el clamor lo atendió María Alexandra (Alexa) Ramírez, una reconocida animalista de la ciudad que se compadeció de la mascota y asumió el caso desde su fundación Canesguerreros.
