No es nuevo que Carlos Carrillo se vaya lanza en ristre contra el exalcalde Daniel Quintero: cada que tiene alguna oportunidad en los medios, el director de la Ungrd señala al exalcalde de Medellín de corrupto y oportunista. Carrillo ha denunciado ya hasta el cansancio cómo, mientras Olmedo López (hoy preso y confeso corrupto) era director de la entidad, Quintero había puesto allí a alfiles como Alethia Arango y Andree Uribe, altas funcionarias de su administración. Lo nuevo es que Carrillo ahora ha ido más allá de los nombres y ha alertado por millonarios contratos que bajo la supervisión de Olmedo y Arango se habrían direccionado a una empresa cercana al exalcalde.
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La empresa se llama Kaliza Arquitectos S.A.S y la denuncia la hizo en medio de una entrevista en el podcast de María Jimena Duzán. Allí, Carrillo aseguró que en su entidad había una serie de megacontratistas que recibían a dedo cientos de miles de millones, uno de ellos Kaliza Arquitectos, que coincidencialmente solo empezó a contratar con la entidad cuando Olmedo fue nombrado como director y Alethia Arango como subdirectora, y en poco tiempo recibió cerca de $100.000 millones de la entidad.
“No es un delito contratar con el Estado, ni más faltaba, pero en el caso de la Ungrd los contratos se han entregado siempre a dedo y empiezan a haber megacontratistas que levantan sospechas porque claramente hay una interferencia política”, señaló Carrillo.
Pues bien, en este caso la presunta interferencia política se habría dado porque la mencionada empresa fue fundada y dirigida hasta enero de 2019 por María Antonia Sánchez Rave, quien fue subgerente y después gerente (2022-2023) de la empresa de Desarrollo Urbano de Medellín, EDU. “A esa empresa, Alethia Carolina (Arango) le dan $100.000 millones en contratos con una asignación que es impresentable, fueron asignaciones exprés en las que en el mismo día se publica la oferta y se adjudica”, agregó Carrillo.
Antes de entrar al detalle de los contratos hay que recordar que la Empresa de Desarrollo Urbano fue una de las entidades que más tuvo denuncias de corrupción durante la administración de Daniel Quintero: al final de ese gobierno la entidad tenía un déficit de caja de $14.400 millones, le había entregado miles de millones de pesos a empresas cercanas a políticos que no eran idóneas, dejó caer la infraestructura de decenas de colegios por toda la ciudad y cambió su manual de contratación para aumentar en un 1.900% permitido para la contratación directa, armando así un festín de contratos a dedo.
Buena parte de ese caos ocurrió con Sánchez Rave en la entidad, primero como subdirectora y mano derecha de Wilder Echavarrría —quien después de salir de la Alcaldía llegó a una vicepresidencia de EPM por pedido de Quintero y ahora trabaja en la Gobernación del Meta tras un paso por el ministerio de Minas— y luego como directora en propiedad.
Además, es importante señalar que mientras Sánchez trabajaba y tomaba decisiones en la EDU, esta contrataba miles de millones con la firma de arquitectura que dirigió años antes. En agosto de 2022 este diario reveló que la EDU firmó cinco contratos con Kaliza Arquitectos por $2.773 millones, principalmente para hacer obras de mantenimiento en el Cerro Nutibara, para adecuaciones en el edificio y el parqueadero de la propia EDU y, el más jugosos de todos, por $1.450 millones, “para la intervención del espacio público y obras complementarias en el sector de San Benito”.
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Pues bien, la firma de arquitectos no solo tuvo su buena hora con la EDU, también con la Ungrd. De acuerdo con la denuncia de Carrillo, Kaliza fue una de las beneficiarias de los contratos que en 2023 Alethia Arango, ex subdirectora de Reducción del Riesgo, repartió por todo el país, presuntamente para favorecer a contratistas y políticos aliados. De ellos, Kaliza se quedó con los contratos por todo Antioquia: en Angelópolis ($4.936 millones), Valdivia ($7.112 millones), Jericó ($16.017 millones) y hasta Puerto Boyacá. Este último el más jugoso de todos, por $79.142 millones.
Carrillo insiste en que nada de esto hubiera sido posible sin la interferencia de los quinteristas en el poder cuando Olmedo era director. Entre otras cosas, Esteban Restrepo y Juan Pablo Ramírez eran asiduos visitantes del edificio de la entidad. Sin embargo, el exalcalde ha insistido en que nada tienen que ver esos nombramientos ni esos contratos con sus influencias.
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En el pasado, Sánchez ha asegurado que tampoco tiene influencia en Kaliza. Intentamos contactarla para este artículo pero a su teléfono no llegaron los mensajes. Lo cierto es que mientras sus amigos estuvieron a cargo, Kaliza tuvo días gloriosos: primero en la EDU y luego en la Ungrd, mientras que estas terminaron desfalcadas y enlodadas en graves escándalos de corrupción. ¿Coincidencia?
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