Por Valentina Chavarría Cifuentes
La pérdida de playa, de cultivos, de hábitat de animales y el desplazamiento de comunidades son algunas de las consecuencias de la erosión costera, un proceso mediante el cual el mar y el viento arrastran arena, especies y materia orgánica, provocando la pérdida gradual de la línea de costa.
Las causas de este fenómeno son múltiples y pueden ser naturales, a través de los cambios en el patrón del oleaje, suelos susceptibles y el ascenso del nivel del mar (intensificados por el cambio climático). Otras son originadas por el hombre con prácticas como la extracción de arena para construcción, embalses mal diseñados cerca del mar y la incorrecta disposición de aguas superficiales que aceleran la filtración y la erosión del talud.
La región de Urabá no ha sido ajena a esta problemática. Con 514 kilómetros de costa sobre el mar Caribe, municipios como Arboletes, Turbo, Necoclí y San Juan de Urabá presentan hoy serios desafíos frente a este tema.
Uno de los sectores más críticos es Arboletes. En zonas aledañas al río Hobo y Puerto Rey se presentan erosiones hasta de 3 metros por año. Según Vladimir Toro Valencia, investigador y profesor del Instituto de Ciencias del Mar, de la facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Antioquia, este sector pasó de tener cerca de 400 habitantes a 50 personas por esta problemática
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Surgimiento de Pimecla
Frente a este panorama nació el Programa Integral para el Monitoreo y Mitigación de la Erosión Costera del Litoral Antioqueño (Pimecla), que arrancó en 2016 con observaciones preliminares en un lote de la Universidad de Antioquia que no estaba en uso. Cuatro años después se oficializó con el apoyo de la Gobernación de Antioquia.
Uno de sus principales logros ha sido reconocer y fortalecer las soluciones empíricas aplicadas por las comunidades. En Arboletes, por ejemplo, el perfilamiento artesanal de taludes fue complementado con técnicas que combinan ingeniería tradicional y acciones basadas en la naturaleza, como el uso de especies nativas y estructuras para evitar la infiltración de aguas y la erosión desde la parte superior e inferior del talud.
“También se integró una práctica que consiste en enterrar troncos, ‘licuando’ la arena con motobombas. Esta técnica fue optimizada con la instalación de dos hileras de troncos, separadas por 50 cm y con restos de madera entre ellas, formando una barrera permeable que reduce la fuerza de las olas y retiene el de sedimento”, explica Vladimir Toro.
Desde el componente técnico, estas prácticas se integran con estudios batimétricos, análisis sedimentológicos e imágenes satelitales. “Este enfoque integral combina trabajo de campo, aplicación de sensores, análisis de imágenes y participación comunitaria, lo que es clave para aplicar estrategias efectivas de mitigación”, dice Isabel Barrios, estudiante de Oceanografía de la Universidad de Antioquia y encargada del Laboratorio Costero de Arboletes.
En 2024, el Pimecla ejecutó una fase orientada al reconocimiento del territorio costero, con identificación de zonas críticas, mediante medición de variables oceanográficas y de línea de costa. Actualmente, se prepara la continuidad del programa con nuevas fases para los próximos años.
Alianza y proyección
El desarrollo de este proyecto ha sido posible gracias a alianzas y políticas públicas. En este sentido, se destaca el trabajo conjunto con el Departamento Administrativo de Gestión del Riesgo de Antioquia (Dagran). “Esta entidad ha abordado esta problemática de forma integral. Hace un par de años, intervino en una obra frente al volcán de lodo en Arboletes, donde la erosión marina amenazaba la estabilidad del talud”, explica Toro.
Carlos Ríos, director del Dagran, destaca que el “Pimecla es un proyecto insignia de la Gobernación, que hemos apoyado y financiado mediante convenios y que continuará dada la necesidad de intervenir puntos críticos en la línea de la costa”.
Además, el Programa proporciona a la Gobernación de Antioquia los insumos técnicos necesarios para abrir licitaciones públicas, asegurando que los constructores tengan claridad para ejecutar las obras de manera adecuada y eficiente.
Entre otros aliados se destacan autoridades municipales y diversas organizaciones sociales. En el ámbito internacional sobresalen universidades como la Unam y el proyecto Ocean Cities del Instituto de Ciencias Marinas de Barcelona, que aportan a su desarrollo técnico.
Retos y perspectivas
Aunque persisten desafíos como la resistencia inicial de las comunidades a nuevas prácticas y soluciones de prevención, así como la dificultad de diálogos debido a la presencia de actores armados ilegales, se han diseñado nuevas estrategias que han ampliado significativamente el alcance de las intervenciones. “El enfoque interdisciplinario y el uso de soluciones de bajo costo hacen que el modelo sea adaptable y replicable en otras zonas del país con problemáticas similares”, concluye Isabel Barrios.
Urabá se proyecta como un territorio clave, con grandes inversiones como el Túnel del Toyo y Puerto Antioquia, que llevarán turismo y desarrollo a la región. Por ello es urgente cuidar el litoral. Vladimir Toro enfatiza en la necesidad de que los antioqueños desarrollen un sentido de pertenencia por su costa Caribe y asuman un papel activo en su protección.
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