La mansión conocida como Villa La Caracola es una de las propiedades más exclusivas de República Dominicana y, según la fiscal general de Estados Unidos, Pam Bondi, está vinculada al presidente venezolano Nicolás Maduro. Situada en el distrito turístico de Verón-Punta Cana, dentro del complejo privado de Cap Cana, la residencia cuenta con vistas privilegiadas al mar Caribe y acceso a campos de golf, helipuerto y seguridad privada las 24 horas.
La propiedad tiene 3.000 metros cuadrados de construcción sobre un terreno de más de 6.000. Dispone de nueve dormitorios —cada uno con baño y terraza privada—, diez baños adicionales, comedor formal, cocina gourmet, múltiples terrazas y piscina de borde infinito.
Fue incautada el 12 de mayo de 2019 al venezolano Samark López Bello, señalado por las autoridades estadounidenses como testaferro de Maduro. En su momento, la Procuraduría Especializada de Antilavado de Activos de República Dominicana y la Dirección Nacional de Control de Drogas realizaron un allanamiento en el lugar.
Pam Bondi reveló que esta mansión es solo una pieza del rompecabezas: EE. UU. ha confiscado activos vinculados al régimen venezolano por más de US$700 millones, incluyendo jets privados, joyas, casas en Florida y una granja de caballos.
Según la fiscal, el entramado financiero de Maduro opera “como la mafia” y estaría relacionado con rutas aéreas para el tráfico de drogas hacia Centroamérica, México y Estados Unidos.
La confiscación de Villa La Caracola se enmarca en la ofensiva estadounidense contra Maduro, quien enfrenta cargos federales por narcotráfico y sobre quien pesa una recompensa de 50 millones de dólares por información que conduzca a su captura.