En los primeros bancos de la majestuosa Basílica de San Pedro, con su hija Mirabel en brazos y rodeado por su familia, JD Vance, vicepresidente de Estados Unidos, vivió este Viernes Santo con recogimiento y solemnidad.
Las cámaras del Vaticano captaron al político conservador, acompañado por su esposa Usha y sus otros dos hijos, Ewan y Vivek, durante la liturgia de la Palabra, presidida por el cardenal Claudio Gugeroti en representación del papa Francisco.
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La presencia del segundo al mando en la Casa Blanca no pasó desapercibida. Vance, de fe católica, se encuentra en Roma en medio de una gira diplomática que lo ha llevado a encuentros de alto nivel político, pero este viernes se detuvo para un acto íntimo de fe.
En sus redes sociales, compartió un mensaje claro: “Él murió para que pudiéramos vivir”, en alusión directa al sacrificio de Cristo.
Reunión con Meloni antes de la liturgia: política, fe y mensajes cruzados
Antes de acudir al Vaticano, Vance fue recibido con alfombra roja por la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, en el Palacio Chigi.
La reunión —descrita por ambos como “excelente”— tuvo lugar en medio de la creciente tensión comercial entre Estados Unidos y la Unión Europea, con aranceles en juego y la sombra de una nueva guerra comercial que inquieta a Bruselas y Roma por igual.
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El vicepresidente destacó que sus funciones oficiales lo llevaron “a una Roma hermosa en un día sagrado”, y agradeció poder vivir este Viernes Santo en familia.
La conexión con Meloni, a quien llamó su “querida amiga”, fue más allá de los temas diplomáticos: ambos comparten una visión conservadora del mundo y simpatías claras con el expresidente Donald Trump.
Visita al Vaticano y posible encuentro con el Papa Francisco
Según fuentes oficiales, Vance tiene previsto reunirse este sábado con el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano, en una audiencia bilateral.
Aunque no está confirmado un encuentro directo con el papa Francisco, debido a su convalecencia por una grave neumonía, el gesto del vicepresidente marca una señal clara de sintonía entre Washington y la Santa Sede en tiempos de redefiniciones globales.
No está claro si el político estadounidense podrá asistir a la celebración de Pascua el domingo, ya que ese día partiría rumbo a la India como parte de su agenda internacional. Aun así, su paso por la liturgia del Viernes Santo fue un potente acto de diplomacia espiritual.
Además del carácter religioso de la jornada, Vance llegó a Roma con un mensaje político importante: empujar negociaciones para alcanzar un alto el fuego en Ucrania. “Somos optimistas con la posibilidad de poner fin a esta brutal guerra”, declaró antes de su encuentro con Meloni, quien también se reunió esta semana con Donald Trump en Washington.
La primera ministra italiana, que lidera la coalición de derecha en su país, se mostró orgullosa de que Vance eligiera pasar la Semana Santa en Roma, y dijo estar segura de que se alcanzará un acuerdo con Estados Unidos sobre los aranceles.
Ella misma invitó a Trump a visitar Italia próximamente, con la esperanza de fortalecer un eje conservador transatlántico en medio del vaivén geopolítico actual.
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