Daniel Sancho, el confeso asesino del médico colombiano Edwin Arrieta, habría elaborado una lista de 10 personas que están autorizadas para visitarlo en su celda en la prisión tailandesa de Koh Samui.
El hombre de 29 años continúa bajo detención preventiva mientras avanza el juicio en su contra por los delitos de homicidio premeditado y ocultamiento de pruebas. La semana pasada el español recibió la primera visita. Hasta su celda llegó su madre: Silvia Bronchalo.
La mujer llegó en taxi hasta el centro penitenciario y estuvo acompañada de funcionarios de la embajada española en Tailandia. La visita tuvo una duración de 90 minutos.
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“Nadie se espera una cosa así, nadie está preparado para recibir una cosa así. Nadie nos prepara para una noticia de este tipo”, señaló la madre del joven después de abandonar la prisión este 17 de agosto.
Sancho también recibió, recientemente, una mesada que le permitirá mejorar sus condiciones de reclusión y acceder a comida de mejor calidad. Se espera que en los próximos días haga presencia en suelo asiático el actor y padre del confeso asesino, Rodolfo Sancho.
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Carmen Balfagón, portavoz de la familia Sancho, detalló cuál fue la razón que llevó al actor Rodolfo Sancho a aplazar su viaje hasta Tailandia: “Tiene que rearmarse para poder enfrentarse a ese viaje. Tampoco puedes ir si tú no estás bien. Él está abatido”.
Además de Silvia y Rodolfo, el confeso criminal elaboró una lista de otras ocho personas que están autorizadas para visitarlo en su lugar de detención.
La revista española Lecturas reveló que en el listado se encuentra su abuela Noela, sus tíos y allegados cercanos. Sin embargo, fue excluida su novia Paula, con quien el señalado criminal tenía planes de casarse en Indonesia.
El lunes las autoridades de Tailandia revelaron la autopsia realizada a los restos del cirujano Edwin Arrieta. Encontraron que el colombiano fue degollado.
“Primero se pelearon, según las pruebas, en el lugar (del crimen). Daniel le dio un puñetazo, luego el doctor (Arrieta) se cayó y se golpeó la cabeza contra el lavabo, pero no murió en ese momento, sino cuando (Sancho) comenzó a cortarle el cuello, según los forenses”, indicó el subdirector de la policía tailandesa, a El País de España.
La Policía ha insistido que el material probatorio da cuenta de que el asesinato fue premeditado. Este delito es castigado en ese país con penas que pueden llegar a ser de muerte o cadena perpetua.
