El nuevo presidente de Panamá, José Raúl Mulino, prometió este lunes evitar que su país sirva de tránsito a los migrantes que cruzan la selva del Darién rumbo a Estados Unidos, cuyo gobierno se comprometió a financiar las repatriaciones.
“Panamá no será más un país de tránsito para los ilegales”, aseguró enérgico en su discurso de investidura en el Centro de Convenciones Atlapa, en Ciudad de Panamá, ante dignatarios internacionales, su gabinete y los nuevos diputados.
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Mulino advirtió que su país no puede seguir “financiando el costo económico y social de la migración” a través de la selva del Darién, fronteriza con Colombia y por donde pasó medio millón de personas en 2023.
Tras la ceremonia, el nuevo canciller, Javier Martínez-Acha, firmó con el secretario de Seguridad Interior de Estados Unidos, Alejandro Mayorkas, un convenio en que el gobierno de Joe Biden se compromete a “cubrir el gasto” de la repatriación de migrantes que “entren ilegalmente” a Panamá por el Darién.
En su discurso, Mulino, abogado de 65 años que inicia un mandato de cinco años, también se comprometió a devolver al país el dinamismo de la economía panameña, dependiente de su canal interoceánico.
Transporte y logística de EEUU
Estados Unidos, según el convenio suscrito por Mayorkas, se compromete a “apoyar a Panamá con equipos, transporte y logística” contra “flujos migratorios irregulares”, y el gobierno de Mulino, por su lado, a respetar los derechos humanos, de acuerdo a un comunicado oficial.
Mulino abordó también la crisis migratoria este lunes temprano con el presidente colombiano, Gustavo Petro, quien asistió a la toma de posesión.
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“Comprendo que hay razones profundas en la migración, pero cada país debe resolver sus problemas”, afirmó Mulino en su discurso.
Más de 200.000 personas, la gran mayoría venezolanos, han pasado en lo que va del año por el tapón del Darién, donde operan bandas criminales que secuestran, roban y violan a los migrantes. Muchos mueren en esta inhóspita jungla.
Un acuerdo migratorio con Panamá cae “como anillo al dedo” en un año electoral en Estados Unidos, pero la frontera “es muy porosa” y las repatriaciones “necesitan una colaboración multilateral”, afirmó a AFP la politóloga Sabrina Bacal.