El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, afirmó que se presentará a las elecciones presidenciales previstas para el año 2026 en el país si así se lo permite su estado de salud, al tiempo que criticó a miembros de la oposición y “líderes fascistas” por considerar que tienen vínculos con Estados Unidos.
“Cuando digo que tengo 80 años y la energía de alguien de 30, pueden creerme. Estoy preparado en el momento preciso, y quiero que mis oponentes lo sepan: si soy candidato, me presentaré para ganar las elecciones en este país”, dijo el mandatario este domingo durante un evento del Partido de los Trabajadores en Brasilia.
“Para ser candidato, tengo que ser muy honesto conmigo mismo. Necesito estar completamente sano. Para que me presente y que me pase lo que le pasó a Biden, jamás. Nunca engañaré al partido ni al pueblo brasileño”, dijo Lula, haciendo referencia a las críticas que enfrentó el expresidente de Estados Unidos, Joe Biden, en su campaña presidencial contra Donald Trump.
En este sentido, reprochó que estos mismos políticos y grupos defiendan los aranceles impuestos por la administración estadounidense de Donald Trump contra el país y aseguró que muestran que son unos “vendepatrias”.
“Estamos viviendo una excrecencia política: un tipo que hacía campaña envuelto en la bandera brasileña ahora está envuelto en la bandera de Estados Unidos y pidiendo impuestos contra Brasil”, lamentó Lula durante un discurso con relación al diputado de São Paulo por el Partido Liberal e hijo del expresidente Jair Bolsonaro, Eduardo Bolsonaro, a quien calificó de ser un “enemigo de Brasil”.
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Este término, dijo, se extiende a todos aquellos que “piden sanciones directamente al pueblo brasileño”. Ante la imposición de estos gravámenes, el Gobierno de Lula decidió evitar confrontaciones con Washington y aumentar sus intercambios comerciales con otros países.
Asimismo, Lula recalcó que Brasil seguirá “tratando de negociar la revocación de estas tarifas arancelarias a las exportaciones brasileñas” y subrayó que eso será llevado a cabo “con orgullo y soberanía, y permitirá al pueblo brasileño recuperar sus símbolos nacionales”.