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Los perros rescatistas que llegaron a Turquía después de los terremotos del pasado 6 de febrero tuvieron un papel fundamental para encontrar personas debajo de los escombros. Eso lo tuvo claro el gobierno turco, que decidió premiarlos después del arduo trabajo que hicieron durante cerca de tres semanas.
De acuerdo con información que publicó el semanario argentino Perfil, los perros que cumplieron labores de rescate entre los escombros que dejó el seísmo viajaron de regreso a sus países de origen en primera clase, sentados juntos a sus entrenadores.
Por lo general, los perros rescatistas viajan en unos “guacales” en la zona de equipaje de lo aviones, para comodidad tanto de sus entrenadores, como de los propios animales. Sin embargo, en este caso las autoridades de Turquía decidieron romper esa regla en señal de agradecimiento a los peludos por su labor.
En ese sentido, el gobierno turco también anunció que pondrá en Estambul una estatua en honor a Proteo, un perro rescatista mexicano que murió mientras buscaba desaparecidos en las ruinas de un edificio en el sur de Turquía.
Cabe recordar que en las labores de búsqueda de cuerpos y rescate de personas heridas bajo los escombros, también participaron ratones rescatistas, que fueron entrenados para que, aprovechando su flexibilidad y agilidad, pudieran llegar a lugares estrechos a los que no alcanzaban a entrar los humanos.
Hasta el momento las autoridades del país otomano han registrado la muerte de 50.325 personas en la frontera entre Turquía y Siria, que fue la zona desbastada por el terremoto del 6 de febrero. También han ocurrido más de 1.000 réplicas del seísmo, lo que ha dificultado la remoción de escombros.