La cifra de víctimas mortales en Birmania ascendió a más de 200, por causa del violento terremoto que sacudió el país el viernes, declaró el jefe de la Junta de gobierno, que invitó a “cualquier país, cualquier organización” a aportar su ayuda.
El sismo de magnitud 7,7 causó una destrucción generalizada en todo el país, asolado por la guerra, y se espera que aumente el número de fallecidos, declaró el dirigente, Min Aung Hlaing, en un discurso emitido por los medios de comunicación estatales.
El número de lesionados ya superó los 700, sin conocerse todavía el balance de Tailandia y China, donde también se sintió el fenómeno natural.
“Por el momento, unas 20 personas murieron tras llegar a nuestro hospital. Muchas personas más resultaron heridas”, declaró un médico del hospital general de Naipyidó, en Birmania, que cuenta con un millar de camas.
Ante la saturación del hospital, muchos heridos fueron atendidos fuera del recinto, en el suelo o en camillas improvisadas. Algunas víctimas gritaban de dolor y otras yacían en el suelo, con vías intravenosas en el brazo, mientras eran consoladas por sus familiares.