Tres países de esa región están sumidos en una crisis después del estallido de nuevas protestas contra los regímenes que los gobiernan. Estos son los casos de Irak, Líbano y Pakistán, donde la movilización social se vuelve a tomar las calles como en el periodo de la Primavera Árabe.
Irak
Originado en convocatorias lanzadas en las redes sociales, el 1 de octubre nace un movimiento de protesta social en Irak. Este grupo, que inició en Bagdad, reclama trabajo para la juventud y la renuncia de los dirigentes “corruptos” y se amplió a casi todo el país.
La protesta crece con manifestaciones gigantescas en Bagdad y el sur. Piquetes y huelgas han paralizado universidades, escuelas y la administración pública. Además, se han registrado actos de violencia nocturnos contra las sedes de los partidos y las milicias. Desde principios de octubre, más de 250 personas, en su mayoría manifestantes, resultaron muertos.
Líbano
El 17 de octubre el gobierno anunció un impuesto a los llamados efectuados a través de las aplicaciones de mensajería internet, en un contexto de grave crisis económica. La medida, a pesar de ser retirada rápidamente, provocó la ira de los libaneses, quienes salieron de inmediato a la calle en todo el país.
Decenas de miles se concentraron en Beirut y otras ciudades, coreando “el pueblo reclama la caída del régimen”, principal eslogan de la Primavera Árabe.
El pasado 29 de octubre, el primer ministro Saad Hariri renunció. El presidente Michel Aoun le encargó ocuparse de los asuntos administrativos hasta la formación de un nuevo gobierno.
Aún después de la dimisión, el pasado jueves hubo otra jornada de protestas, con nuevos cortes de carreteras, en la tercera semana de un movimiento sin precedentes en el país. Las negociaciones para formar un nuevo gobierno parecen estar en punto muerto.
Pakistán
Miles de islamistas de todo el país se congregaron el viernes en Islamabad para pedir la dimisión del gobierno del primer ministro Imran Khan.
Pese a que había grandes avenidas y entradas a la ciudad bloqueadas por las fuerzas de seguridad, miles de manifestantes lograron acceder al corazón de Islamabad y esperaban las instrucciones de los líderes religiosos.
“Protestamos para que estos líderes incapaces regresen a sus casas. Estamos desempleados y nuestras fábricas cierran”, declaró a la AFP Abu Saeed Khan, de Peshawar, la gran ciudad del noroeste del país, situada a unos 200 km de Islamabad. “Debemos lograr que dejen el poder”, corroboraba Anas Khan, otro manifestante.
La manifestación, bautizada Marcha por la Libertad”, está dirigida por Fazlur Rehman, líder de uno de los grandes partidos islamistas del país, el Jamiat Ulema-e-Islam (JUI-F). El religioso, el gran rival del primer ministro Imran Khan, pide su dimisión y la organización de elecciones.
Esta es la primera gran manifestación contra el gobierno de Imran Khan, que llegó al poder en 2018 tras unas elecciones que la oposición denunció como manipuladas.
Aunque las manifestaciones de Irak, Líbano y Pakistán son las más recientes, en septiembre también hubo movilizaciones en Egipto. El día 20 de ese mes varios cientos de personas protestaron en El Cairo y otras ciudades para exigir la renuncia del presidente Abdel Fatah Al Sisi, en el poder desde 2014.
En ese momento se organizó una manifestación por la noche en la plaza Tahrir, en El Cairo, epicentro de la revolución de 2011 que había terminado derrocando a Hosni Mubarak.
Totalmente inesperadas e inéditas bajo el régimen de Sisi, que lleva a cabo una represión despiadada contra la oposición, las manifestaciones se presentaron luego de la difusión de videos de un empresario en el exilio que acusa de corrupción al jefe de Estado. Cerca de 3.000 personas fueron detenidas desde el 20 de septiembre.