El Gobierno paquistaní puso final a la moratoria que pesaba sobre la pena de muerte para todo tipo de casos, después de haber dado luz verde en enero a las ejecuciones de condenados por terrorismo, informó una fuente oficial.
“El Ministerio de Interior ha ordenado a los gobiernos provinciales que agilicen las ejecuciones de quienes hayan agotado sus oportunidades de apelación y cuyos recursos de gracia hayan sido rechazados por el Presidente”, dijo una fuente de ese departamento gubernamental que prefirió mantener el anonimato.
Pakistán mantenía desde 2008 una moratoria sobre la aplicación de la pena capital, que fue parcialmente levantada como parte de las medidas tomadas por el Gobierno a raíz de un asalto a un colegio en el que murieron 132 menores y varios empleados del centro en la ciudad de Peshawar, en el noroeste del país, el 16 de diciembre.
A pesar de la moratoria, los tribunales paquistaníes continuaron sentenciando a muerte aunque las ejecuciones no se llevaban a cabo.
Amnistía Internacional calcula que unas 8.000 personas están en el corredor de la muerte en cárceles paquistaníes por alguno de los 28 delitos para los que está prevista.
Además del levantamiento de la moratoria a la pena de muerte, las fuerzas de seguridad intensificaron tras el atentado su ofensiva Zarb-e-Azb, iniciada en junio de 2014 en la región de Waziristán del Norte, y lanzaron una nueva operación en la provincia de Khyber-Pakhtunkhwa, de la que es capital Peshawar.
El Ejecutivo del país islámico también aprobó en enero la creación de tribunales militares para casos de terrorismo e incrementó las medidas de seguridad, lo que se tradujo en un aumento significativo de las detenciones por diferentes delitos.
Desde el levantamiento de la moratoria, una veintena de personas han sido ejecutadas en Pakistán.