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Europa, como ocurre desde hace varios años, se encuentra, una vez más, ante un desafío que no consigue superar: los atentados nacidos del fundamentalismo religioso, que tienen un impacto más allá de la seguridad del viejo continente.
La tensión ha aumentado con el pasar de las semanas. El hecho más reciente ocurrió este lunes en Viena, Austria, cuando un hombre llamado Kujtim Fejzulai, de nacionalidad austríaca y macedonia, abrió fuego contra varias personas en pleno centro de la capital dejando cuatro muertos. El ataque fue reivindicado ayer por la organización terrorista Estado Islámico (EI).
Pero ese atentado, calificado como un “ataque terrorista” por el canciller Sebastian Kurz no es el único. El jueves de la semana pasada, esta vez en Francia, tres personas fueron asesinadas en un ataque con cuchillo en una basílica en la ciudad de Niza. Una semana antes, el profesor Samuel Paty sufrió el mismo destino por mostrar caricaturas de Mahoma durante una clase sobre libertad de expresión.
Y la respuesta de los países europeos no se ha hecho esperar. Kurz anunció que “combatiremos estos ataques por todos los medios”. En Francia, las medidas de seguridad se han fortalecido, lo mismo que en Reino Unido, que elevó el nivel de alerta ante una amenaza terrorista a “grave”. E, incluso, el canciller italiano, Luigi Di Maio, propuso una ley antiterrorista para Europa, inspirado en el modelo estadounidense.
Para Olmer Muñoz, profesor de Relaciones Internacionales de la UPB, la reciente ola de ataques, todos fundamentados en la religión, llevarán a un fortalecimiento de las medidas de seguridad y de las medidas migratorias. Así, indica que “la Unión Europea reafirmará que es un conglomerado de Estados que vela por un bienestar social para todos los miembros, pero en los que no se puede tolerar ningún tipo de radicalismo”.
Así, continúa, aunque Europa conoce por su historia lo que es el multiculturalismo y la pluralidad religiosa –recordando que estuvo ocupada por musulmanes durante 11 siglos–, “no acepta que uno o varios grupos ejerzan actos violentos contra la población, por lo que países como Alemania y Francia agudizarán su sistema de vigilancia contra los sospechosos de radicalismo, oponiéndose a esas visiones radicales en un contexto de pluralidad social”.
En esa línea, Jesús David Cifuentes Yarce, profesor del Centro de Humanidades, también de la UPB, explica que el fundamentalismo religioso “se da por una necesidad de una búsqueda de seguridad en un mundo que está globalizado, porque el otro genera miedo. Ese fundamentalismo parte del principio de que yo debo conquistar al otro con mi verdad, así sea a través de la violencia”.
Sin embargo, Cifuentes resalta algo que podría darse también, y que se sustenta, por ejemplo, de la reciente carta enviada por el Papa Francisco en la que hizo un llamado a Europa para la tolerancia religiosa. “Todo esto puede llevar al surgimiento de un diálogo interreligioso para solucionar este problema”, concluye el docente.
Periodista de la UPB y especialista en Creación Narrativa de la Universidad Central (Bogotá). Escribo.