Irán llevó a cabo su primera ejecución pública en más de dos años este sábado, según la ONG Iran Human Rights (IHR), que denuncia una práctica “medieval” en medio de la preocupación por el aumento de la represión en la República Islámica.
Iman Sabzikar, condenado por el asesinato de un agente de la policía en febrero de 2022 en la ciudad de Shiraz, fue ahorcado a primera hora de la mañana, según informó la organización, con sede en Noruega.
“La reanudación de este brutal castigo en público tiene como objetivo asustar e intimidar a la gente para que no proteste”, dijo el director de IHR, Mahmood Amiry-Moghaddam.
“Podemos aumentar el coste de llevar a cabo estas prácticas medievales si la gente protesta más contra la pena de muerte –en particular las ejecuciones públicas– y la comunidad internacional adopta una postura firme”, añadió.