Por estos delitos, el español fue condenado a cadena perpetua y a pagar una indemnización de 106 mil euros a la familia de la víctima (más de 400 millones de pesos colombianos). En medio de la lectura de dicho veredicto, el tribunal explicó el motivo por el cual no se había sentenciado al acusado a la pena de muerte.
Según la explicación dada por el juez, Sancho estuvo colaborando con la justicia para encontrar partes del cuerpo del médico colombiano. Además, para el tribunal de Koh Samui el condenado había expresado en varias ocasiones que “sentía lo ocurrido”.
En el mundo son 55 países los que aún acuden a la pena de muerte como castigo a los delitos cometidos en sus territorios, de esos, nueve la imponen solo para las infracciones más graves como asesinatos múltiples o crímenes de guerra.
Según datos de Amnistía Internacional, China, Irán, Arabia Saudita, Egipto, Estados Unidos y Singapur son los países que más ejecuciones hacen al año.
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Dentro de los métodos utilizados para ejecutar a los hallados culpables está la horca, la inyección letal y la muerte por disparo. En Alabama y otros dos estados de Estados Unidos utilizan el gas nitrógeno y Arabia Saudita es el único territorio en donde aún se aplica la decapitación.
El juicio contra Daniel Sancho arrancó el pasado 9 de abril y duró algo más de tres semanas, hasta el 2 de mayo. Este proceso se ha llevado a puerta cerrada distribuido en 12 sesiones en donde se ha contado con alrededor de 35 testigos.
Los abogados del español apelarán la decisión del juez, esto lo podrán hacer ante el Tribunal de Apelaciones y en caso de ser necesario, ante el Tribunal Supremo, según lo dicta la justicia de Tailandia.